Evangelio
Domingo 11 de septiembre 2022
Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice
el santo Evangelio: “Jesús les dijo esta parábola: «¿Quién de vosotros que
tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el
desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la
encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa,
reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he
encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más
alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve
justos que no necesitan convertirse.”
Lucas 15, 1-32.
El Hijo de Dios propone vivir de
acuerdo a las reglas de la misericordia. Él es el mayor ejemplo, Él es el que
toma la iniciativa, Él es quien da la pedagogía a seguir. Lo común del pensamiento humano es creer que
la persona es la que debe buscar el perdón y la bondad de Dios. Al Salvador del
mundo se le ocurre un movimiento contrario: salir a buscar a quien está
perdido, a quien necesita que se le dé la mano. El movimiento es desde lo
divino hacia lo humano. Se busca la oveja perdida, se explora dónde está la
moneda perdida, habrá gran fiesta por el hijo que regresa a casa y estaba
perdido. La misericordia de Dios siempre ha estado presente en toda la
historia de la salvación, así lo deja ver la Sagrada Escritura.
Sanar y perdonar son los gestos
típicos de la personalidad de Jesús.
Cfr. Mateo. 11, 4- Acogida, comprensión y perdón: muestran la bondad del
Hijo de Dios... cfr. Mateo. 11, 19. La
sabiduría se acredita por lo que hace. Es amigo de publicanos y de
pecadores. Le interese más la misericordia mas no juzgar a los demás. Jesús perdona y convierte a los pecadores.
Practica muy bien la misericordia con los pecadores, acepta comer con ellos.
Cfr. Mateo. 9, 10-12. La frase sabia
del Maestro define su misión: “No necesitan de médico los sanos, sino los que
están enfermos”. Cfr. Mateo 9, 12.
La Escritura enseña que Dios es
bueno, demasiado bueno, rico en misericordia. (Cfr. Efesios 2, 4). Su primera respuesta es la caridad: “El que
tenga dos túnicas que le dé al que no tiene”. °°° (Cfr. Lucas 3,11). Su segunda
respuesta es la justicia: “No exijan nada fuera de lo establecido” (Cfr. Lucas
3,13). Su tercera respuesta es la No violencia: “A nadie extorsionen ni
denuncien falsamente” (Cfr. Lucas 3,14).
El
Papa Francisco afirma que no existe cristianismo sin misericordia. La
misericordia no es una dimensión entre otras, sino que es el centro de la vida
cristiana: Si todo nuestro cristianismo no nos lleva a la misericordia, hemos
tomado el camino equivocado, porque la misericordia es la única meta verdadera
de todo camino espiritual. Es uno de los más bellos frutos de la caridad. La misericordia de Dios es nuestra liberación
y nuestra felicidad. Vivimos de la misericordia y no podemos permitirnos
estar sin misericordia: es el aire para respirar. Somos demasiado pobres
para poner condiciones, necesitamos perdonar, porque necesitamos ser
perdonados. (cfr. Audiencia, 18 de marzo
2020)
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