30 de septiembre de 2022

SOMOS DISCÍPULOS DEL CAMINO Evangelio Sábado 1 de Octubre 2022


SOMOS DISCÍPULOS DEL CAMINO               
Evangelio Sábado 1 de octubre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Afirma el santo Evangelio: “Los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.» En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.” Lucas 10, 17-24.
 
            Quien es misionero, no pone su felicidad en los asuntos de este mundo, sino que su gozo es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el protagonista de la misión, no tanto el poder o las maravillas que pueda realizar un ser humano. Los Padres de la Iglesia Católica, en su momento enseñaban que: el Espíritu Santo, precede, acompaña, y sigue, al hijo de Dios en su camino. Y tienen toda la razón. Basta parafrasear los momentos cumbres de la vida de Jesús de Nazareth, para darse cuenta de la presencia, la acción y la Gracia del Espíritu Santo. En el momento de su bautismo es ungido por el Espíritu Santo. Toda su misión está dirigida por el poder del Espíritu Santo.
 
El mundo judío lo va reconociendo como el profeta, el hombre de la Palabra, quien tiene poderes para sanar y perdonar. Envía sus seguidores con la Gracia y el poder del Espíritu Santo, les da poderes y les encarga que se dejen conducir por el Espíritu de Dios. Termina su vida, con la presencia del Espíritu de su Padre celestial “En tus manos encomiendo mi espíritu”. La acción salvadora del Hijo de Dios se concreta en el envío de hombre y mujeres, que prolonguen la obra de Dios en el mundo, de tal manera que un apóstol será una persona que piense más en la obra que le encomendaron y menos en la autosuficiencia de su propio ser. (cfr. Marcos 6, 7-13).
 
Jesucristo fijó su mirada en unos humildes pescadores, y depositó en ellos su confianza de ser pastores, profetas y liturgos de su Reino. Los fue educando, los organizó, les enseñó a vivir en comunidad, compartió con ellos su Cena, y les dijo: Vayan por todas partes anunciando mi Palabra, el que se convierta que se bautice. Les dio la máxima gracia: “A quienes les perdonéis los pecados, les quedarán perdonados. Nos dejó una responsabilidad intensa: “Que no se pierda ninguna persona que Dios nos haya encomendado”.  “El discípulo de Cristo camina siguiendo a su Maestro y así se hace discípulo del camino.” (Papa Francisco, Ángelus 10 de julio 2022. Cfr. Hechos 9, 2).
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https://youtu.be/w_X9xMxx9Pk