17 de septiembre de 2022

NO SE EVANGELIZA SIENDO DESHONESTO Evangelio Domingo 18 de Septiembre 2022


NO SE EVANGELIZA SIENDO DESHONESTO            
Evangelio Domingo 18 de septiembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
            Dice el santo Evangelio: “Dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando». El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Lucas 16, 1-13.
 
            Una persona deshonesta. Un administrador mundano. Alguien que pretende vivir su fe y su religión con la doble personalidad, no es un buen ejemplo para los demás. La mundanidad lastima la fe, lastima la Iglesia, lastima la Palabra de Dios. Dios da a cada persona gracias, cualidades, talentos, dones, inteligencia, sabiduría, habilidades; la dificultad aparece cuando muchos no saben cómo administrarlas. Algunos enloquecen; otros convierten esas cualidades en demonios destructores de ellos mismos; desperdician; se dejan llevar por las influencias de los demás; se duermen en los laureles; terminan llenos de tesoros, pero vacíos en sus vidas; muchos no logran el objetivo porque la soberbia no se lo permite.
 
El apóstol san Pablo comparte una excelente fórmula para que un administrador de los asuntos de Dios, no caiga en la mundanidad: “"Me he hecho todo para todos con el fin de salvar, por todos los medios. Y todo lo hago por el Evangelio, porque quiero tener también mi parte de él." (1 Corintios 9, 22-23).
 
            Ser discípulo de Jesucristo, ser un mensajero de Dios en el mundo, no es una carrera administrativa. El buen apóstol debe aprender a ser excelente administrador de los bienes que Dios le ha confiado, de los talentos que le ha concedido. El administrador teológicamente hablando es: un servidor de Cristo, administrador de sus misterios, debe ser una persona fiel, que los demás lo vean como un servidor de la misericordia de Dios. (cfr. 1 Corintios 4, 1-7). Un buen administrador no se le ocurre pedirle a su Maestro, cargos en su Reino, ni puestos a su derecha o a su izquierda. (cfr. Mateo 20, 20-21).
 
No es posible evangelizar buscando privilegios, siendo mundano. El desprendimiento de lo terrenal y lo placentero, es la mejor arma para entregar completo el mensaje de Dios. Enseña la Sagrada Escritura: “Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mateo 8, 20). El Papa Francisco piensa que la costumbre del soborno es mundana y fuertemente pecadora. No podemos llevar el pan a casa con un trabajo deshonesto. (cfr. Homilía, 8 noviembre 2013).
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