UN APÓSTOL DEBE PRIVILEGIAR LA EVANGELIZACIÓN Evangelio Miércoles 28 de Septiembre 2022
UN
APÓSTOL DEBE PRIVILEGIAR LA EVANGELIZACIÓN Evangelio
Miércoles 28 de septiembre 2022 Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué Dice
el santo Evangelio: “Mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo
uno: «Te seguiré adonde vayas.» Jesús le respondió: «Las zorras tienen
madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar
la cabeza.» A otro le dijo: «Sígueme.» Él respondió: «Déjame primero ir a
enterrar a mi padre.» Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos;
tú vete a anunciar el reino de Dios.» Lucas 9, 57-62. Para ser un buen apóstol del
Señor, se necesita superar varias etapas, que son indispensables para cumplir
con el objetivo y la misión. Lo primero, que la persona haya tenido un
proceso de conversión; lo segundo, que se cuente con una experiencia
suficiente de la Palabra de Dios, es decir, una formación permanente; lo
tercero, que quien se dispone para continuar la misión dejada por Jesús, goce
de un sentido comunitario de la fe, pues no existen apóstoles
individuales, porque el apóstol brota de una experiencia comunitaria, se
fortalece en medio de una comunidad y sale a anunciar a su Señor, formando una
nueva comunidad. Lo
cuarto, el apóstol se preocupa mucho por su testimonio de vida, por esa
razón debe ser una persona de vida sacramental, no puede quedarse
exclusivamente en un predicador, en un consejero ambulante, o en un juez para
sus oyentes. El apóstol es un hombre, una mujer, que con la Gracia de Dios
permanente, comparte y vive con sus hermanos. De acuerdo a las exigencias del
Maestro de Nazareth, un apóstol debe privilegiar la evangelización, debe
abandonarlo todo, debe contar con claras categorías de lo bueno, de lo útil y
de lo necesario, para cumplirle a su Maestro. El Papa Francisco propone el
perfil de un discípulo del Maestro, como libre, consciente, hecho por amor,
itinerante, prontitud y decisión. El santo Padre advierte que: «La decisión
de Jesús fue radical y total, y los que le siguieron fueron llamados a medirse
con ella». «Jesús, de hecho, dejó la casa de su padre y renunció a toda
seguridad para anunciar el Reino de Dios a las ovejas perdidas de su pueblo.
Así señaló a sus discípulos que nuestra misión en el mundo no puede ser
estática, sino itinerante. La
Iglesia por su propia naturaleza está en movimiento, no es sedentaria ni se
queda tranquila en su propio recinto. Está abierta a los horizontes más
vastos, enviada a llevar el Evangelio por las calles y llegar a las periferias
humanas y existenciales». La urgencia de comunicar el Evangelio, que rompe la
cadena de la muerte e inaugura la vida eterna, no admite demoras, sino que
requiere prontitud y disponibilidad total». (cfr. Ángelus, 30 de junio
2019. Lucas 9, 51-62). SI
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