AYUNO Y CONVERSIÓN SIEMPRE VAN DE LA MANO
Evangelio Viernes 2 de septiembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.» Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.» Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo.” Lucas 5, 33-39.
El reto es aprender a amar, al estilo de Jesucristo.
Nuestras comunidades cristianas están llamadas a ser organismos vivientes donde
todos se ayuden y se sirvan y donde los miembros débiles sean asistidos y
valorados, tal como lo hizo Jesús.
La experiencia del ayuno siempre ha estado unida a la conversión, a la penitencia, a la unidad de la comunidad, a regresar por los caminos de Dios. A proponer buenos discípulos y pastores para la comunidad. Por ejemplo, Pablo y Bernabé, recomendaban a los discípulos que se mantuvieran firmes en la fe. En cada Iglesia instituían presbíteros con oraciones y ayunos, dejaban en manos del Señor a los discípulos. (cfr. Hechos 14, 21b – 27). El Concilio ecuménico Vaticano II recuerda a todo discípulo de Cristo que está llamado a la santidad de vida. Asumiendo con amor y responsabilidad las tareas diarias.
El Papa Francisco nos propone pensar en el verdadero ayuno, como la posibilidad de ayudar a los demás. Dice el santo Padre: De poco sirve el ayuno si uno es injusto, no rompe las cadenas injustas, no comparte el pan con los hambrientos, no da paga lo que indica la ley a los empleados o se da limosna “para hacerse ver”. Dios reprende a los hipócritas falsos que ayunan y se ocupan de sus negocios, oprimen trabajadores y discutiendo «golpean con puños malvados»: por un lado, hacen penitencia y por el otro realizan otras injusticias, haciendo «negocios sucios».
El Señor, sin embargo, exige un verdadero ayuno, atento
al prójimo. (cfr. Isaías 58, 1-9ª). Jesús
dijo: “Cuando rezas, que sea en secreto, cuando das limosna, no toquen
trompeta, cuando ayunes, no estés triste ‘es lo mismo que si dijese: ‘Por
favor, cuando hagan un buen trabajo no tomen como soborno esta buena obra, es
sólo para el Padre'”. (cfr. Homilía, 3
de marzo 2017).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/EWmC14S-Ja0
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