EXPOSICIÓN Y BENDICIÓN EUCARÍSTICA
Autor: Padre, Héctor Giovanni Sandoval Moreno. Delegado para
la pastoral litúrgica, Arquidiócesis de Ibagué. Colombia.
La exposición
Jaculatorias:
V. Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento
del altar.
V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos
de los siglos. Amén.
Presidente: Señor Jesús, tú que en la humildad del pesebre
nos has mostrado el camino de la humanidad y en tu Cruz nos has indicado la
finalidad y el objeto de nuestra vida como donación y entrega. Tú que en la
oscuridad de la noche has brillado como una luz y permaneces siempre iluminando
a pesar de los embates de quienes no quieren recibirte.
Tú que en familia has empezado a vivir y compartir nuestra
historia para que nosotros supiéramos cómo amar y cuál era nuestro papel en el
mundo. Atiende nuestra oración, Señor, en este último día del año 2022, porque
venimos a Ti con el corazón dispuesto pero cansados de tantas luchas, venimos
con el ansia de encontrar una respuesta a nuestra historia y poder dar sentido
al sufrimiento y al dolor que hemos experimentado en este año.
En esta hora santa queremos hablarte: pediremos perdón
porque no siempre hemos caminado según tu promesa, daremos gracias porque
sabemos que no nos dejas solos y te pediremos que nos guardes en el año
venidero y traigas serenidad al mundo que sufre.
Lectura del texto bíblico: Lectura del libro de Ester 4, 17a-17c.17f-17h.
Mardoqueo, recordando las
maravillas del Señor, oró así:
¡Señor, Señor, rey omnipotente!
El mundo entero está sometido a tu poder. Cuando te propones salvar a Israel,
no hay quien pueda volverse contra ti. Porque tú creaste el cielo y la tierra y
las maravillas que existen bajo el cielo. Eres Señor de todo, y nadie puede
oponerse a ti, Señor. Y ahora, Señor, Dios y Rey, Dios de Abrahán, perdona a tu
pueblo, porque nuestros enemigos traman nuestra ruina. Desean destruir la
heredad que es tuya desde siempre. No desprecies al pueblo que rescataste para
ti de la tierra de Egipto. Escucha mi oración y ten misericordia de tu heredad;
convierte nuestro duelo en alegría, para que, conservando la vida, alabemos tu
nombre, Señor. No cierres los labios de los que te alaban». Palabra de Dios.
SIGNO: Encender un cirio delante de la imagen del niño del
pesebre
Lector 1: Al terminar este año, encendemos este cirio,
Señor, delante de la Imagen del Niño, signo de la humildad y la paciencia,
porque queremos pedir perdón por nuestras equivocaciones y por nuestros
errores, por nuestros pecados y nuestras faltas de amor, durante este año que
finaliza.
A cada aclamación se responderá: Perdón, Señor, perdón.
• Perdón,
Señor, por nuestra falta de compromiso y de amor con nuestros hermanos.
• Perdón,
Señor, por las traiciones y las intrigas, por los chismes y las calumnias, por
la difamación y las palabras dichas a destiempo y que han dividido nuestras
familias, nuestra comunidad y a muchos han dañado.
• Perdón,
Señor, por no haberte buscado en todo momento y no serte fiel en la oración ni
en la eucaristía, por haberte reemplazado en tantas cosas que no valían la pena
y por no haberte reconocido y amado como deberíamos, por no haberte buscado lo
suficiente.
• Perdón,
Señor, por no haber valorado nuestras familias y haber destruido los vínculos
del amor y la unidad y por no haber descubierto que tenías bendiciones
guardadas para nosotros en el seno de nuestras familias.
• Perdón,
Señor, por pensar que no era necesario amar lo suficiente, por no ser generosos
y por habernos reservado tantos dones que habías puesto en nuestras manos para
el bien de la comunidad.
• Perdón,
Señor, por haber perdido tanto tiempo en cosas inútiles y haber olvidado el
valor de lo que era importante, por no mirar a los ojos al hermano, por no
ayudar lo suficiente, por desesperarnos tanto.
• Perdón,
Señor, por haber hecho las cosas a nuestro modo y no según tu voluntad, por no
haber trabajado pastoralmente en comunión y por no ser fieles a las directrices
de la Iglesia.
El presidente invita a pedir perdón de manera personal y a
reconocer nuestras equivocaciones y errores de este año que termina.
Canto de perdón
Lectura del texto bíblico: Lectura de la segunda carta del
Apóstol san Pablo a los Corintios 1,3-11
Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo,
que nos consuela en cualquier tribulación nuestra hasta el punto de poder
consolar nosotros a los demás en cualquier lucha, ¡mediante el consuelo con que
nosotros mismos somos consolados por Dios! Porque lo mismo que abundan en
nosotros los sufrimientos de Cristo, abunda también nuestro consuelo gracias a
Cristo. De hecho, si pasamos tribulaciones, es para consuelo de ustedes y
salvación; si somos consolados, es para consuelo de ustedes, que les da la
capacidad de aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. Nuestra
esperanza respecto de ustedes es firme, pues sabemos que, si comparten los
sufrimientos, también compartirán el consuelo.
Pues no queremos que ignoren que la tribulación que nos sobrevino en Asia nos abrumó tan por encima de
nuestras fuerzas que perdimos toda esperanza de vivir. Pues hemos tenido sobre
nosotros la sentencia de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino
en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró y nos librará de esas
muertes terribles; y esperamos que nos seguirá librando, si ustedes cooperan
pidiendo por nosotros; así, viniendo de muchos el favor que Dios nos haga,
también serán muchos los que le den gracias por causa nuestra. Palabra de Dios.
SIGNO: Colocar incienso en un recipiente de manera que se
vea y se sienta su olor perfumado en la asamblea
Lector 2: Al terminar este año, con este incienso queremos
darte gracias, Señor por todas las cosas que nos has concedido durante este
año.
A cada aclamación se responderá: Te damos gracias, Señor.
• Gracias,
Padre Santo por el maravilloso regalo de la vida y permitirnos compartir con
tantas personas durante estos 365 días.
• Gracias,
Señor, por llamarnos a la Iglesia y regalarnos una comunidad, una parroquia y
una diócesis donde nos podamos sentir amados y acogidos.
• Gracias,
Señor, por habernos regalado este año de caminar como iglesia sinodal y en la
construcción del nuevo plan evangelizador.
• Gracias,
Señor por los dones que has derramado en nuestra existencia y por permitirnos
compartirlos con los demás.
• Gracias,
Padre, por tu amor y tu misericordia que se han manifestado en cada regalo. No
todos lo hemos entendido pero te agradecemos por no abandonarnos en los
momentos de dolor y de oscuridad.
• Gracias,
Padre santo, por nuestra parroquia, por las personas que se preocupan por
acompañarnos en la fe: El señor arzobispo, los sacerdotes y diáconos, los
consagrados, los ministros laicos, los catequistas, los jóvenes y niños.
• Gracias,
Señor, por cada uno de los que han aportado su granito de arena para nuestra
parroquia, por quienes nos ayudan con el sostenimiento de nuestras obras, por
quienes se preocupan por los pobres y los enfermos.
El presidente invita a dar gracias de manera personal.
Canto de acción de gracias
Lectura del texto bíblico: Lectura de la carta de
Santiago 1, 2-27
Consideren, hermanos míos, un
gran gozo cuando se vean rodeados de toda clase de pruebas, sabiendo que la
autenticidad de su fe produce paciencia. Pero que la paciencia lleve consigo
una obra perfecta, para que sean perfectos e íntegros, sin ninguna deficiencia.
Y si alguno de ustedes carece de sabiduría, pídasela a Dios, que da a todos
generosamente y sin reproche alguno, y él se la concederá. Pero que pida con
fe, sin titubear nada, pues el que titubea se parece a una ola del mar agitada
y sacudida por el viento.
No se crea un individuo así que
va a recibir algo del Señor; es un hombre inconstante, indeciso en todos sus
caminos. Que el hermano de condición humilde se sienta orgulloso de su alta
dignidad, y el rico de su pequeñez, porque pasará como flor de hierba. Pues
sale el sol con su ardor y seca la hierba, se cae la flor y se pierde la
belleza de su aspecto; así también se marchitará el rico en sus empresas.
Bienaventurado el hombre que aguanta la prueba, porque, si sale airoso,
recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que lo aman. Palabra
de Dios
SIGNO: Colocar flores delante del Santísimo.
Lector 3: Finalizando este año 2022 y disponiéndonos a vivir
el nuevo año 2023, queremos encomendarte nuestro futuro, Señor, y esperamos
poder caminar siempre en tu presencia.
A cada aclamación se responderá: Oh Señor, escucha y ten
piedad.
• Padre bueno,
te pedimos que este año nuevo, que estamos por comenzar, traiga paz y bienestar
para nuestros hogares y nuestra comunidad cristiana, nos haga experimentar
siempre tu bondad y tu misericordia.
• Padre
bondadoso, te encomendamos el año 2023. Bendice la labor de todos para que, en
este año pensemos en la parroquia, comunidad de comunidades, y seamos obreros
fieles en esta porción de la Iglesia que peregrina en Colombia.
• Padre del
amor, no venimos a pedirte dinero ni cosas materiales, queremos encomendarnos
para que seas tú quien nos guíe y nos acompañe durante el próximo año y nos
permitas seguir construyendo tu reino de amor, de justicia y de paz.
• Señor de la
historia, has que este año nuevo vivamos según tu voluntad y que cada fruto
recogido sea siempre una muestra de nuestro caminar y de nuestro deseo de ser
mejores cristianos.
• Regala,
Señor, la paz y la tranquilidad a nuestras comunidades, permite que nuestra
parroquia no se vea sumergida en la división y regálanos el don de la unidad.
• Da fortaleza
a todos los que han visto partir a sus seres queridos a causa de la enfermedad,
por accidentes o por cualquier otro motivo, acompaña a los que se sienten solos
y abandonados y no olvides nunca a los enfermos y ancianos de nuestra comunidad
parroquial.
El presidente invita a hacer peticiones de manera personal.
Canto de petición
Presidente: Padre nuestro, fuente del amor y de la
misericordia, que nos has redimido por Jesucristo, tu Hijo, y quieres que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad: al iniciar esta
nueva etapa evangelizadora en nuestra Iglesia particular de Ibagué, te
presentamos la súplica confiada para que todos, pastores, vida consagrada y
laicos, asumamos una verdadera conversión personal y pastoral.
Ayúdanos a ser una Iglesia en salida, acogedora, que siembre
la semilla del Evangelio con la palabra y con el testimonio de la vida.
Concédenos un nuevo ardor evangelizador y misionero, para
llevar a todos el Evangelio de la vida; ayúdanos a ser una Iglesia comprometida
con los más pobres y excluidos; una Iglesia que encarne al buen samaritano en
esta porción del pueblo de Dios.
Fortalece nuestra vida eclesial; que la escucha atenta de la
palabra de la vida y de la práctica sacramental fundamenten nuestro empeño por
caminar hacia la santidad.
Ayúdanos a ser testimonio vivo de sinodalidad y comunión.
Que, con la ayuda de tu Espíritu, busquemos, en diálogo de hermanos, respuestas
pastorales a los nuevos desafíos que nos plantea la sociedad actual y la
cultura reinante.
Padre de bondad, en tus manos ponemos a las familias de
nuestra arquidiócesis, acompaña los esfuerzos de los padres por formar
cristianamente a sus hijos y fortalece en nuestros niños, adolescentes y
jóvenes la apertura del corazón para que acojan con alegría el mensaje de
salvación.
Virgen Inmaculada, patrona de nuestra arquidiócesis, ruega
por nosotros. San José, esposo de la Virgen María y custodio de la Iglesia,
intercede por nosotros. Amén.
La bendición
Hacia el final de la adoración el sacerdote se acerca al
altar, hace genuflexión y se arrodilla, y se canta un himno u otro canto
eucarístico. Mientras tanto, el ministro, arrodillado, inciensa el santísimo
Sacramento.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios, en sus Ángeles y en sus Santos.
El sacerdote canta o dice:
V. Les diste, Señor, el Pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.
Luego se levanta y dice:
Oremos. Se hace una breve pausa en silencio, y el ministro
prosigue: Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de
Cristo, conserva en
nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el
misterio de nuestra salvación,
merezcamos conseguir su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos responden:
Amén.
Dicha la oración, el sacerdote tomando el humeral, hace
genuflexión, toma la custodia y hace en
silencio la señal de la cruz sobre el pueblo.
La reserva
Acabada la bendición, se reserva el Sacramento en el
sagrario y hace genuflexión, mientras el pueblo, si se juzga oportuno, hace
alguna aclamación, y finalmente el ministro se retira.