Evangelio viernes 12 de
mayo 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
No os llamo ya siervos, porque el siervo
no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que
he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.” °°° Juan 15, 12-17
El amor tiene un fundamento divino. Es de
Dios y viene de Dios. Si el amor tiene su fundamento, debe tener sus frutos.
Un amor sin frutos no tiene sentido. El Papa Francisco enseña que: “El amor va más allá de lo útil, lo
conveniente y lo debido; el amor genera asombro, inspira impulsos
creativos, gratuitos”. El amor, que nace
del encuentro con el Señor Jesús, es lo más importante del mundo y puede
cambiarlo, nadie enseña cómo amar “porque el amor no se enseña, ¡se vive!”.
“Como dice Joe Tosini, ¡el amor es lo más
importante del mundo y sin embargo nadie enseña cómo amar! Amas o no amas, pero
el amor que se hizo carne, el amor que dio su vida por nosotros, ese es el
camino” (Ángelus, 16 de agosto, 2022).
Monseñor
Felipe Bacarreza afirma: Ser discípulo
de Cristo, es decir, amarlo a él por sobre todo significa obedecer su voluntad,
sobre todo; significa obedecer su voluntad, incluso cuando cueste, incluso
cuando está en contraste con la voluntad de los hombres, aunque sean el padre,
la madre, la mujer, los hijos, los hermanos, los amigos o los poderes de este
mundo.
Pedro y los apóstoles demostraron amar a Cristo cuando dijeron con
valentía ante el tribunal judío que les prohibía predicar a Cristo: "Hay que obedecer a Dios ante que a los
hombres" (Hechos 5, 29). Y la historia demuestra que siguieron
predicando, aunque les costara la vida. Esto significa ser cristiano.
El Papa Francisco recomienda 5
manifestaciones del amor: Aguante, paciencia y mansedumbre. Estar centrado,
firme en torno a Dios, que ama y sostiene. Desde esa firmeza interior es
posible aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y
también las agresiones de los demás. Alegría y sentido del humor. El santo
es capaz de vivir con alegría y sentido del humor.
Sin perder el
realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado. Si
dejamos que el Señor nos saque de nuestro caparazón y nos cambie la vida,
entonces podremos hacer realidad lo que pedía san Pablo: «Alegraos siempre en
el Señor; os lo repito, alegraos» (Filipenses 4, 4).
Audacia
y fervor.
Al mismo tiempo, la santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador
que deja una marca en este mundo. Para que sea posible, el mismo Jesús viene a
nuestro encuentro y nos repite con serenidad y firmeza: “No tengáis miedo”
(Marcos 6, 50). (cfr. Exhortación apostólica, Gaudete et Exsultate, capítulo
IV).
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https://youtu.be/31s42B4rEmY ✋
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