1 de mayo de 2023

EL PASTOR CONOCE SUS OVEJAS Evangelio martes 2 de mayo 2023


EL PASTOR CONOCE SUS OVEJAS 

Evangelio martes 2 de mayo 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». 
Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí.
 
Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.” °°° Juan 10, 22-30. 
 
            Conocer al Maestro de Nazareth disipa las dudas sobre su identidad. Alguien no puede pretender creerle al Maestro si no lo conoce. El Hijo de Dios tiene la razón en indicarle el camino a toda persona creyente para que pueda sentirse segura sobre la identidad de su Maestro y Pastor. Sobre el ser de su Maestro. Quien desee ser una excelente oveja tendrá que aprender a creerle a su Maestro, Escuchar al Maestro, para que el Maestro la pueda conocer.
 
            El Papa Francisco explica muy bien las características de un buen pastor, de cómo debe actuar: “El corazón del Buen Pastor no es sólo el corazón que tiene misericordia de nosotros, sino la misericordia misma” puesto que ahí “resplandece el amor del Padre; ahí me siento seguro de ser acogido y comprendido como soy. El corazón del Buen Pastor nos dice que su amor no tiene límites, no se cansa y nunca se da por vencido”. En él vemos su continua entrega sin algún confín.
 
    El corazón del Buen Pastor está inclinado hacia nosotros, ‘polarizado’ especialmente en el que está lejano; allí apunta tenazmente la aguja de su brújula, allí revela la debilidad de un amor particular, porque desea llegar a todos y no perder a nadie. El corazón que busca, por tanto, “no privatiza los tiempos y espacios, no es celoso de su legítima tranquilidad, y nunca pretende que no lo molesten”. “¡Ay de los pastores que privatizan su ministerio!  el pastor es “un buen Samaritano en busca de quien tiene necesidad”.
 
     Es un pastor, no un inspector de la grey, y se dedica a la misión no al cincuenta o sesenta por ciento, sino con todo su ser”. El pastor debe arriesgarse y “no se queda parado después de las desilusiones ni se rinde ante las dificultades. (cfr. Homilía, 3 de junio 2016).

    El apóstol san Pablo es un buen modelo de pastor: Es celoso de su ministerio, es bueno, se distingue por el servicio, la humildad, se desgasta por los demás.
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