VIVIMOS Y EVANGELIZAMOS SEGÚN EL ESPÍRITU DE DIOS Evangelio domingo 28 de mayo 2023
VIVIMOS Y EVANGELIZAMOS
SEGÚN EL ESPÍRITU DE DIOS
Evangelio domingo 28 de
mayo 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Al anochecer de aquel día, el día
primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les
dijo: «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.Y los discípulos
se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el
Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento
sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los
pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos.» Juan 20, 19-23.
Hay que pedirle a Dios la presencia de su
Espíritu. Hay que ser generosos con el ejercicio de los carismas del Espíritu
Santo; hay que aprender a servir desde la Gracia que Dios ha depositado en
nuestra vida; hay que saber recibir para poder dar. Los regalos que Dios da a las almas prudentes
y humildes son: la sabiduría divina, el entendimiento, el consejo, la ciencia,
la fortaleza, la piedad, el temor de Dios.
Hay
que aprender a vivir y a servirle a Dios en una sociedad, según las reglas del
Espíritu Santo. Podemos decir con toda seguridad, sin lugar a
equivocarnos: Mi vida comenzó a cambiar desde que conocí los dones del
Espíritu; desde que aprendí a vivir según el Espíritu; desde el momento en que
le permití al Espíritu de Dios que habitara en mi corazón; desde que descubrí
que es mucho más importante lo que el Espíritu me comunica y no las brillantes
ideas que se me puedan ocurrir.
El apóstol san
Pablo nos recuerda la razón esencial y práctica por la cual Dios nos regaló su
Espíritu Santo: “«Los que se dejan
llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Habéis recibido, no
un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos
adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba, Padre!» (Romanos 8, 14-15)
Es
totalmente cierto que el Espíritu Santo es el mejor regalo de Cristo resucitado.
Ese mismo regalo nos permite evangelizar sin lugar a equivocarnos, a
interpretar correctamente la Palabra de Dios, a vivir según el espíritu de los
sentimientos de Dios. El Espíritu Santo le permite a la Iglesia Católica
enriquecer la vida de todos los creyentes con la administración de los
sacramentos.
Los
católicos sabemos que la vida litúrgica de la Iglesia gira en torno al
sacrificio de la Eucaristía y de los sacramentos. (Sacrosantum
Concilium, 6). Los sacramentos, como "fuerzas que brotan" del Cuerpo
de Cristo (cfr. Lucas 5, 17) siempre vivo y vivificante, y como acciones del
Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son "las obras maestras de Dios" en la
nueva y eterna Alianza. (cfr. Catecismo Numerales, 1114-1130).
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