3 de noviembre de 2023

QUIEN LE SIRVE A DIOS NO ESPERA NADA A CAMBIO Evangelio sábado 4 de noviembre 2023


QUIEN LE SIRVE A DIOS, NO ESPERA NADA A CAMBIO
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Evangelio sábado 4 de noviembre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú,
 
y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.” °°° Lucas 14, 1. 7-11
 
            La autoestima aparece en el campo de las necesidades y vivencias de cada persona. Es parte integral de lo que piensa una persona de sí misma, sus valores, su aprecio, su proyección, sus éxitos, etc.  Los psicólogos hablan de las necesidades de la autoestima como: la aceptación, la confianza, el éxito, el respeto así mismo. Cuando la autoestima está en el punto equilibrado y sano de un hombre o de una mujer, su convivencia con los demás y sus éxitos serán muy buenos. 
 
El problema aparece cuando la autoestima no está en su lugar, entonces el Salvador del mundo le propondrá a un creyente pensar en la siguiente posibilidad: “Todo el que se ensalce será humillado y el que se humille será enaltecido”.
 
            Es bueno, es saludable, es psicológicamente recomendable reconocer los valores, los talentos, las gracias de las demás personas. La Escritura afirma que es un honor para una persona que alguien le indique el puesto que le corresponde. El Maestro de Nazareth nos pide cultivar una personalidad sana. Un concepto sano de cada uno de nosotros.
 
El problema bien común es conocer personas que se creen superiores a los demás. Personas que piensan que el objetivo es tener posiciones más altas que los demás. Personas que no gozan de una buena madurez y creen que deben estar más adelante que los demás. El mal se denomina: egolatría, soberbia, arrogancia, narcisismo.
 
El remedio que ofrece Dios para estas personas es: “Nunca hagas cosas para que los demás te alaben, de enaltezcan, te ubiquen en el puesto máximo” “No hagan buenas obras en público para que los vean los demás”. (Mateo 6, 18).  El camino es la humildad y sencillez de corazón.
 
            El Papa Francisco recomienda a los servidores de la Iglesia: “El que sirve a los demás y vive sin honores ejerce la verdadera autoridad en la Iglesia. Jesús nos invita a cambiar de mentalidad y a pasar del afán del poder al gozo de desaparecer y servir”. (cfr. Homilía, 18 de octubre, 2015).
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