Evangelio sábado 11 de noviembre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Si no
fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿Quién os confiará lo que vale de veras? Si
no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo
puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien
se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al
dinero». °°° Lucas 16, 9-15.
En materia de la vivencia de la fe es importante no caer en la tentación de
confundir el servicio con una ganancia, con una economía, con un crecimiento
capital. Una cosa es servir a los
demás como lo propone el Maestro de Nazareth y otra cosa muy distinta es
ocultarse en el servicio para obtener dinero injusto.
Es necesario entender el servicio como una
virtud, una gracia, una vocación. Todo discípulo y bautizado que sirva en nombre de Dios, sabrá si está
cumpliendo perfectamente su misión cuando aplique la siguiente máxima en su
vida: Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que debíamos hacer. (Lucas 17, 10).
El
servicio que pide Dios a todos sus bautizados en la Iglesia, va en orden a la
caridad, a la misericordia, al amor, darle la mano a los demás, tener
tiempo para el otro. Un buen servidor debe distinguirse por cultivar valores,
talentos, y carismas para prestar un mejor servicio. Debemos entender que el
mundo funciona en comunidad, y el mundo se mueve en torno a los servicios.
El
mundo necesita hombres y mujeres que le sirvan bien a los demás. A quienes
deseen servirle a Dios, Él mismo les recomienda: Sirvan a Dios con el fervor
que da el Espíritu. (cfr. Romanos 12, 11.) Quien le sirva a Dios lo honrará el
Padre celestial. (cfr. Juan 12, 26) Un buen siervo de Dios, está capacitado
para toda obra buena. (cfr. II Timoteo 3, 16-17). Sírvanse los unos a los otros
con amor. (cfr. Gálatas 5, 13).
En
ningún momento debe existir interés personal en aquella persona que le sirve a
Dios en su Iglesia: “Ningún siervo le puede servir a dos amos”. El Papa Benedicto XVI promulgó el Motu
Propio sobre el “Servicio a la Caridad”, en el que expresa que la naturaleza
íntima de la Iglesia se expresa en la triple tarea de anunciar la Palabra de Dios, la celebración de los Sacramentos y el
servicio de la caridad.
Mientras el mundo se imagina que lo grande es
el poder, el máximo saber, el tener; el Hijo de Dios llega con tanto poder, que
su Mesianismo lo traduce en servicio y caridad social.
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN
HAZ CLICK AQUÍ