CONOCER LA VERDAD TIENE SUS VENTAJAS
Evangelio lunes 22 de enero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Los
escribas que habían venido de Jerusalén decían acerca de Jesús: “Está poseído
por Belzebú y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los
demonios”.
Y una
familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió,
levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su
fin.
Pero nadie puede entrar en la casa
de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá
saquear la casa.” Marcos 3, 22-30
Conocer
la verdad tiene sus ventajas. Es muy
extraño saber que los Escribas siendo personajes en la cultura de Israel, como
intelectuales, conocedores de la ley y sobre todo educadores en la comunidad,
desconocieran la verdad sobre el Mesías. Si una persona no conoce la verdad,
por qué razón impone otro concepto que no existe. Situación bien complicada. Lo
más complicado para que alguien encuentre los caminos de Dios, es que
desconozca la verdad o sea una persona imponente y falto de humildad para poder
conocer al Hijo de Dios.
Jesucristo
siendo la verdad, él mismo la enseña. El método que usa es bastante
práctico y sabio en su proceder. La humanidad tendrá que pensar: ¿Cómo satanás
va a expulsar a satanás? Quien conteste bien esa pregunta, entenderá que por
encima de Dios no hay nadie, que Dios tiene el poder, el honor, la gloria. Él
es el camino, es la verdad y es la vida. (Juan 14, 6).
Si
se trata de dejarnos guiar por la verdad, la Sagrada Escritura nos ofrece
varias enseñanzas: Por ejemplo, Juan el Bautista enseña que debemos obrar con
justicia y con verdad, para conseguir el perdón de Dios. (cfr. Marcos 1,
6). Los católicos creemos y reconocemos un Dios que es verdadero. Él es la
única verdad. (cfr. Credo católico).
El camino correcto no es estar en contra de la
verdad: Quien
rechaza la verdad fundamental de la realidad, quien se coloca a sí mismo como
medida de todas las cosas y se pone de este modo en lugar de Dios, quien más o
menos conscientemente considera que puede prescindir de Dios, el Creador del
mundo, o de Cristo, el Redentor de la humanidad, quien en vez de buscar a Dios
corre tras los ídolos, estará siempre de espaldas a la única verdad suprema y
fundamental.
El Papa
Francisco enseña que la verdad es la revelación maravillosa de Dios. (cfr.
Audiencia, 14 de noviembre, 2018).
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