23 de enero de 2024

EL SECRETO ESTÁ EN SABER ESCUCHAR Evangelio miércoles 24 de enero 2024


EL SECRETO ESTÁ EN SABER ESCUCHAR
 
Evangelio miércoles 24 de enero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas.
Les decía en su instrucción: «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron.
            Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó.       
            Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otro ciento.» Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.» °°° Marcos 4, 1-20 
 
            El que tenga oídos que oiga.  Digámoslo de otra forma: Quien desee escuchar, que escuche. En el ejercicio del oído se guardan una buena cantidad de secretos para organizar nuestras vidas. Muchas personas pueden pensar que la importancia en la organización de un ser humano está en la inteligencia. La Sagrada Escritura propone pensar en la posibilidad de utilizar correctamente los órganos de los sentidos, para perfeccionar la razón, el entendimiento y usar correctamente la inteligencia. 
 
 El salmo 115 nos permite evaluar nuestra manera de proceder ante los eventos de nuestra vida. ¿Dónde estará el error? “Tenemos boca, pero no sabemos hablar. Tenemos oídos, pero no sabemos escuchar. Tenemos manos, pero no sabemos palpar. Tenemos pies y no sabemos caminar. (Ps. 115, 5-7).
 
            Escuchar es un sabio consejo para encontrar el Reino de Dios. Para discernir correctamente la Palabra del Salvador. Para entender dónde está la voluntad de Dios. Lo primero es aprender a escuchar. La vida enseña que para aprender a escuchar es obligatorio el silencio, solo escuchar. Dejar que las ideas inunden la inteligencia y el corazón. Meditar en silencio lo que has escuchado.
 
Evitar los juicios mediante el ejercicio del escuchar. Evitar convertirse en consejero de quien está transmitiendo una idea. Evitar estar a la defensiva. Por qué será que muchas veces debemos decirle a los demás: ¿Por qué no escuchas?
 
            La calidad de vida nuestra dependerá de la capacidad de escucha y asimilación del mensaje dicho por el Evangelio para mí. No es para ajusticiar a los demás, ni tampoco para crear miedo. Quienes escuchen la Palabra y la ubiquen en su corazón, darán muchos frutos en el Reino de Dios.
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