Evangelio sábado 6 de enero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis
de Ibagué
Tenía
Jesús, al comenzar, unos treinta años, y era según se creía hijo de José, hijo
de Helí, hijo de Meleá, hijo de Menná, hijo de Mattatá, hijo de Natán, hijo de
David, hijo de Jesé, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naassón,
hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrom, hijo de Fares,
hijo de Judá, hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Tara, hijo
de Najor, hijo de Cainam, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de
Lámek, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adam, hijo de Dios..” Lucas 3, 23-38.
De acuerdo a la enciclopedia
bíblica: La genealogía de Cristo según el Primer Evangelista desciende de
Abraham a través de tres series de catorce miembros cada una; la primera
pertenece al orden patriarcal, la segunda al real y la tercera al de ciudadanos
privados. Nuestro Papa Benedicto XVI da
una explicación lógica, bíblica y centrada en el misterio de la salvación del
mundo, afirmando que: El Mesías
esperado, objeto de la promesa, es verdadero Dios, pero también verdadero
hombre; Hijo de Dios, pero también Hijo dado a luz por la Virgen, María de
Nazaret, carne santa de Abraham, en cuya descendencia serán bendecidas todas
las naciones de la tierra (cfr. Génesis 22, 18).
El
conocimiento de la ascendencia o descendencia de alguien, nos permite ubicarnos
en su ser, en su misión y el cumplimiento de la tarea de quien lo envió.
Por ejemplo, de acuerdo a la genealogía el Mesías prometido es Jesús. Es su
nombre y dependiendo de ese nombre es su misión. También sabemos que él es el
Hijo de María Santísima y de san José. El relato histórico aclara que Jesús es
hijo de José por adopción. Dice el relato: “Jacob engendró a José, esposo de
María, del cual nació Jesús llamado el Cristo.”
El
Papa Francisco aclara que la salvación viene de Dios y está siempre en la
historia. Así que tomar conciencia de la genealogía de Jesús es reconocer su
historia y su plan de salvación. hubo una larga historia, una larguísima
historia que simbólicamente la Iglesia ha querido contarnos en la lectura de la
genealogía de Jesús: Dios ha querido salvarnos en la historia».
«Nuestra salvación, la que Dios
quiso para nosotros, no es una salvación ascética, de laboratorio», sino
«histórica». Y Dios «hizo un camino en la historia con su pueblo». (cfr.
Homilía 18 de diciembre 2014).
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