Evangelio viernes 12 de enero
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Entró de
nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa.
Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les
anunciaba la Palabra. Y le vienen a traer
a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la
multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la
abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
Viendo Jesús la fe de ellos, dice al
paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». Estaban allí sentados
algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está
blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» Pero, al instante,
conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice:
«¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al
paralítico?: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate,
toma tu camilla y anda" °°° Marcos 2, 1-12.
La
misericordia es la forma como Dios perdona. El poder de Dios va más allá de lo
que una persona se lo puede imaginar. “Perdonar pecados, sanar
personas”. Sin lugar a equivocarnos
podemos decir que la fe obra milagros.
La fe, la actitud, la perseverancia, la dedicación, la insistencia de 4
personas, lograron el resultado inmediato de que Jesús de Nazareth tomara la
decisión de decirle a una persona “Tus pecados están perdonados”.
La
fe se convierte en una relación perfecta entre las personas, en una
manifestación del gozo y de la alegría cristiana, en un compartir tanta Gracia
y tanta bondad de Dios. Nuestra profesión de fe comienza por Dios, porque Dios
es “el Primero y el Último” (Isaías 44, 6), el Principio y el Fin de todo.
El Credo
comienza por Dios Padre, porque el Padre es la Primera Persona Divina de la
Santísima Trinidad; nuestro Símbolo se inicia con la creación del Cielo y de la
tierra, ya que la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras de
Dios. Jesús mismo confirma que Dios es “el único Señor” (cfr. Marcos 12,
29-30).
La
fe se combina perfectamente con la misericordia. El Papa Francisco nos
enseña que: la misericordia de Dios va
más allá de la ley, no humilla, ni maltrata, es una caricia sobre las
heridas de nuestros pecados. La misericordia de Dios responde a las necesidades
humanas. Necesitamos perdonar a los demás porque hemos sido perdonados. Nadie
entiende por qué escribas y fariseos, preguntan:
¿Quién
puede perdonar pecados, sino solo Dios? Jesucristo recomienda desde la
misericordia a cada persona que no vuelva a pecar. Jesucristo defiende al pecador y plantea la misericordia. (cfr.
Carta Apostólica, Misericordia et Misera)
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