Evangelio viernes 5 de enero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Felipe
encontró a Natanael y le dijo: “Hemos hallado a Aquel de quien se habla en la
Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael
le preguntó: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?” “Ven y verás”, le dijo
Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Éste es un verdadero israelita,
un hombre sin doblez”. “¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael.
Jesús le respondió: “Yo te vi antes
que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael le
respondió: “Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel”.
Jesús
continuó: “Porque te dije; “Te vi debajo de la higuera”, crees. Verás cosas más
grandes todavía”. Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los
ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”. Juan 1, 43-51.
Cuando
el discípulo permite que el Maestro lo conozca en su personalidad, en sus
quehaceres, en sus deseos, el resultado es un apóstol que entra en comunión con
su Maestro, se enriquece del ser de su Maestro, afianza su misión, porque
ha tenido un excelente encuentro con el Salvador del Mundo. El discipulado nace
precisamente de un encuentro con el Maestro.
Cada
persona en la medida en que va teniendo una experiencia de Dios en su vida,
transmite exactamente eso. Cuando no hay
experiencia, la persona transmite lo que piensa y no presenta a su Maestro,
cambia totalmente la opción que Jesucristo propuso como ideal.
Los
apóstoles son un ejemplo brillante del discipulado, Todos tuvieron una
buena experiencia de Dios y esa misma experiencia se la compartieron a los
demás. Existe un maravilloso libro en la Biblia donde podemos leer la
experiencia de los apóstoles como transmisores de los ideales de su Maestro.
El ideal de Jesús es: “Serán mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, y Samaría, hasta el confín de la tierra”.
(Hechos 1, 8). El buen discípulo da testimonio de su propia experiencia,
por ejemplo: “Hemos visto al Señor” (Juan 20, 24).
La
experiencia de ser apóstol del Maestro, tiene su sentido comunitario. A Dios se
le ocurrió una Iglesia de Hermanos, no de personas individuales. Todos los
encuentros que leemos en el Evangelio, por parte del Maestro, son comunitarios.
Cuando intentamos vivir la fe en comunidad, logramos un buen encuentro con
Dios. “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo” (Mateo 18,
20).
El Papa
Francisco enseña: “No hay lugar para el egoísmo en el alma de un cristiano:
si tu corazón es egoísta, no eres cristiano, eres un mundano que busca solo su
favor, su beneficio. Y Lucas nos dice que los creyentes están unidos (cf.
Hechos 2, 44), La cercanía y la unidad son el estilo de los creyentes”. (cfr.
Audiencia, 26 der junio, 2019).
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