SOY MENSAJERO EN NOMBRE DE JESÚS DE NAZARETH
Evangelio jueves 1 de febrero
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Y les
decía: “Quédense en la primera casa en que les den alojamiento, hasta que se
vayan de ese pueblo. Si en algún lugar no los reciben y no los escuchan, dejen
a esa gente y sacudan el polvo de sus pies como protesta contra ellos”. Fueron
a predicar invitando a la conversión. Echaban a muchos espíritus malos, y sanaban
a numerosos enfermos con una unción de aceite.” Marcos 6, 7-13.
La clave para tener éxito en el
campo de la evangelización, en el anuncio de la Palabra, en las enseñanzas de
la salvación, es tener una conciencia
clara que el ese mensaje no es mío. Por ende, debo ser un mensajero muy
respetuoso, muy fiel, muy equilibrado en el momento en que le enseño a los
demás, la Palabra que lo puede salvar o la Palabra que le puede cambiar su
vida.
Mis
criterios deben ser los siguientes: Conocer y enseñar el sentido propio que
tiene la Palabra de Dios. Debo anunciar el Evangelio al estilo del Maestro, con
bondad, ternura y misericordia. Para ser un mensajero de tiempo completo, debo evitar el apego a las cosas materiales,
a las debilidades que me presenta el mundo.
Debo ser
siempre prudente y respetuoso con mi forma de enseñar, no puedo obligar a
nadie. El mensajero de Dios dijo: “Si no los reciben en una casa, sigan
adelante”. Hay que evitar toda controversia en materia de evangelización. Quien anuncia la Palabra debe ser el
mensajero ideal de los asuntos de Dios.
El
profeta Isaías tuvo toda la razón al decirle a la humanidad quién es el buen
mensajero de Dios. “Qué hermosos son
sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena
Nueva, que anuncia la salvación, que dice a Sión, ya reina tu Dios.” (Isaías
52, 7). El mensajero debe tener una
conciencia clara que lo que anuncie y enseñe lo hace en nombre de Dios,
para que la misión cumpla su objetivo. San Juan Bautista, lo logró, porque se
centró en la conversión y llevó a la comunidad al encuentro con el Nazareno.
El Bautista es el gran ejemplo de un
mensajero: “presenta quien debe elegir la comunidad”. (cfr. Lucas 3, 16). El
Papa Francisco enseña que: "los evangelizadores son como ángeles, como
ángeles custodios, mensajeros del bien que no dan respuestas inmediatas, sino
que comparten el interrogante de la vida, el mismo que Jesús dirigió a María
llamándola por su nombre: '¿A quién buscas?'.
(cfr. Audiencia, 30 de noviembre, 2019).
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