¿POR QUÉ SIGNO DE
CONTRADICCIÓN?
Evangelio sábado 20 de enero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Para
quienes no han logrado un buen estado de madurez en su fe y en su vida
cristiana, les puede parecer que la manera de ser de Jesucristo es
contradictoria, algo así que se comporta como si fuera una persona que no
está en sus cabales. La esencia de la evangelización se encuentra en el anuncio
de la verdad sin recurrir a ningún método amenazante o de violencia.
Históricamente muchos han querido hacer valer sus ideas a cualquier precio.
En el caso del Nazareno sus ideas,
sus anuncios, sus propuestas van acompañadas de la justicia, la caridad, la
mansedumbre. Razón tiene el Evangelio cuando nos enseña “Muchos son los
llamados, pocos los escogidos” (Mateo 22, 14) “El que quiera entender que
entienda”. “El que tenga oídos que escuche” Mateo 13, 9).
“El que
pueda con eso que lo haga” (Mateo 19, 12). Jesucristo
es un buen signo de contradicción. Pone a pensar la humanidad. Permite que
las personas libre y voluntariamente elijan el camino de acuerdo a sus propias
capacidades. Predica un Evangelio que no todos pueden asimilar porque implica
sacrificio y perseverancia.
La
Escritura nos permite conocer momentos cumbres en el ministerio del Salvador
del mundo, el cual debe enfrentar la incomprensión de su misión: Para Jesús
es muy importante la conversión personal, muchos de sus seguidores se quedaron
atrás por no tuvieron la capacidad de abandonar sus propias debilidades. El
anciano Simeón le cuenta a la humanidad que la presencia de Jesucristo es ser
signo de contradicción. (Lucas 2, 34-35).
Jesucristo
propone la luz para entender los asuntos de Dios, muchos hombres eligen vivir
según las tinieblas. (cfr. Juan 1, 4). Desafortunadamente muchos han dado
respuesta violenta al mensaje de Cristo. San Juan Bautista se anticipa a dicho
momento: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la cólera que os
espera?
Haced,
pues, frutos dignos de penitencia: y no comencéis a decir a vosotros mismos.”
(cfr. Lucas 3, 7-8). Jesucristo seguirá siendo signo de contradicción para
todos aquellos que no han logrado superar su propia situación de pecado.
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