Evangelio lunes 15 de enero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Los
discípulos de Juan el Bautista y los fariseos estaban ayunando y algunas
personas acercándose a Jesús le dijeron: “Los discípulos de Juan y los
discípulos de los fariseos ayunan, pero ¿por qué tus discípulos no ayunan?
Jesús les respondió: “¿Pueden los invitados a la boda ayunar mientras el novio
está con ellos?”
¡Mientras
el novio esté presente con ellos no pueden ayunar! Pero vendrá el tiempo cuando el novio será
quitado de en medio de ellos, entonces ayunarán aquel día”. “Nadie usa una tela
nueva para arreglar una prenda vieja; porque el parche nuevo encoge y rasga la
prenda vieja, ensanchando el agujero.” °°° Marcos 2, 18-22.
El
Salvador del mundo nos invita a salir de la rutina, de la pesadez diaria, de la
pasividad, la falta de esfuerzo. Necesitamos ponerle más voluntad a nuestra
vida de fe, a lo que hacemos diariamente, a lo que emprendemos. “A vino nuevo,
odres nuevos”. No tiene lógica, no tiene razón de ser, vivir una religión, sin
esfuerzo, sin sacrificio, sin progreso, sin superación de debilidades.
La
penitencia encuentra su sentido cuando la persona que la practica siente que su
vida está cambiando, ha ido madurando en su fe, ha mejorado sus relaciones
con los demás, ha podido contrarrestar las tentaciones y debilidades humanas.
Una cosa le da la mano a la otra. Cuando esto no sucede. La pregunta sería:
¿Para qué ayunan? Hay que guardar el equilibrio en la toma de decisiones.
Como
creyente no puedo llegar a la conclusión que no cumplo con la penitencia porque
mi vida no cambia. Al contrario, la vida empeora. La buena proposición sería
pensar qué debo corregir para poder vivir correctamente mi religión.
San Pedro Crisólogo, obispo italiano
y doctor de la Iglesia Católica le daba mucha importancia al ayuno en la vida
cristiana diciendo: «El ayuno es paz
para el cuerpo, fuerza de las mentes, vigor de las almas» (Sermo VII: de
ieiunio 3), y más aún: «El ayuno es el timón de la vida humana y rige toda la
nave de nuestro cuerpo» En el dominio de las propias pasiones y en el rechazar
los malos deseos reside la verdadera grandeza de un ser humano.
El
Papa Benedicto XVI enseñaba: el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y
todo lo que induce a él. "el
verdadero ayuno tiene como finalidad comer el 'alimento verdadero', que es
hacer la voluntad del Padre". (cfr. Mensaje cuaresma, 2009).
El Papa
Francisco aclara que el verdadero ayuno implica la humildad y la coherencia de
reconocer y corregir los propios pecados. (cfr. Homilía, 16 de febrero, 2018).
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