19 de enero de 2022

SIEMPRE HAY QUE HACER EL BIEN. Evangelio Miércoles 19 de Enero 2022

SIEMPRE HAY QUE HACER EL BIEN
Evangelio miércoles 19 de enero 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
   “Entró Jesús en una sinagoga y había un hombre que tenía la mano paralizada. Los fariseos estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio». Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.” (Marcos 3, 1-6). 

¿Cómo es posible que Dios prescinda del sábado? Hilario de Poitiers responde: grandes son las obras de Dios: gobierna cielos y tierra, provee de luz al sol y a los astros, hace crecer las plantas de la tierra, mantiene al hombre viviente. Sí, todo existe y permanece en el cielo y en la tierra gracias a la voluntad de Dios Padre. Todo viene de Dios y todo existe en el Hijo. Él es el primogénito de todos y de todo. Por él todo ha sido creado (cfr. Colosenses 1,16-18).

            Las ocasiones de producir milagros y sanar las personas en la vida de Jesús tienen una razón de ser: La salvación del hombre, la liberación de la persona, la conversión, el testimonio. No se sana por sanar, no se sana por impactar o llamar la atención. Dios sana porque tú crees en Él, en su poder y en su misericordia y porque comienzas una vida nueva que va a servir de ejemplo para los demás. La pregunta sería: ¿hacemos el bien, hacemos el mal, transgredimos la ley, ¿Qué debemos hacer? 

La respuesta sería:  Se trata de hacer siempre el bien. El apóstol Pedro en casa del centurión Cornelio evangelizaba diciendo: “Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él» (Hechos 10, 38). El apóstol san Pablo, recuerda que todos los dones y carismas, don de sanación que pueda tener una persona, siempre son para el bien de todos, para hacer el bien. (cfr. 1 Corintios, 12, 4-11). 


            El Papa Francisco describe a Jesucristo como un luchador contra la enfermedad. La debilidad y el sufrimiento de nuestros afectos más queridos y más sagrados, pueden ser, para nuestros hijos y nuestros nietos, una escuela de vida, -educar a los hijos y los nietos a entender esta cercanía en la enfermedad en la familia- y se convierten cuando los momentos de enfermedad están acompañados por la oración y la cercanía afectuosa y atenta de los familiares. La comunidad cristiana sabe bien que la familia, en la prueba de la enfermedad, no debe ser dejada sola. (cfr. Homilía, 10 de junio, 2015).