8 de enero de 2022

ALGUIEN DEBE CRECER Y OTRO DISMINUIR Evangelio. Sábado 8 de Enero 2022

 

ALGUIEN DEBE CRECER Y OTRO DISMINUIR    Evangelio Sábado 8 de enero 2022 

Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué

“Jesús con sus discípulos al país de Judea; y allí se estaba con ellos y bautizaba. Juan también estaba bautizando en Ainón, cerca de Salim, porque había allí mucha agua, y la gente acudía y se bautizaba. Pues todavía Juan no había sido metido en la cárcel. Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Fueron, pues, donde Juan y le dijeron:

«Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él.» Juan respondió: «Nadie puede recibir nada si no se le ha dado del cielo.

Vosotros mismos me sois testigos de que dije: ´Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él. El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es necesario que él crezca y que yo venga a menos.” Juan 3, 22-30.

¡Disminuir, disminuir, disminuir! Así fue la vida de Juan el bautista. Un grande que no buscó su propia gloria, sino la de Dios. Así explica el Papa Francisco la vida de un hombre maravilloso, ejemplo y modelo de la fe, la humildad, la abnegación, el martirio. Dice el Papa: Pidamos al Señor la gracia de la humildad que tenía Juan y no apropiarnos de los méritos y glorias de los demás. Sobre todo, la gracia de que en nuestras vidas haya siempre sitio para que Jesús crezca y nosotros disminuyamos, hasta el final. (Homilía, 10 de enero, 2019).

La vida misma enseña que: “la forma en que nos relacionamos en este mundo, en que cada quien busca su beneficio y su bienestar, resulta difícil encontrar personas totalmente desinteresadas por promover a otras y hacer que alcancen sus metas.”  Jesucristo propone la humildad y la sencillez de corazón para todas aquellas personas que deseen seguir por los caminos de Dios. San Juan el Bautista entendió perfectamente su misión. La propuso desde la humildad y en ningún momento se olvidó de quién era y a quién debería anunciar.  El apóstol san Pablo recomienda a todo creyente vivir su fe desde la humildad, la mansedumbre y la paciencia. (cfr. Colosenses 3, 12).

            No existe otro camino para ser grande delante de Dios, sino la virtud de la humildad. La sabiduría de Dios se impone notablemente ante los grandes razonamientos de la inteligencia humana: “Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. (cfr. Lucas 14, 11).