Solo la Gracia de Dios perdona cualquier situación de pecado. Qué es más fácil decir, tus pecados te son perdonados, o levántate y anda. Una pregunta que no es fácil de contestar, pues las circunstancias avocan a la sanación física de las personas, el interés nos hace caer en el error, en la inmediatez de la vida. Dios entiende perfectamente las dos realidades, el hombre cae y se limita por el pecado, pero es Dios quien por su inmenso amor y misericordia lo levanta, lo libera de todas las ataduras, lo libera definitivamente.
Ambas posiciones son muy lamentables para cualquier persona, pero la una no genera la otra, no se puede decir que el pecado es causa de una enfermedad, lo que Dios nos invita a pensar es en la gran barrera que aparece en la vida de alguien es su concepto tan corto de Dios, la falta de conocimiento de su Palabra, la inseguridad como se entra en el mundo de Dios. Con justa razón, cuando el Señor, decide sanar a alguien, le pregunta: ¿Qué quieres que hago por ti?
El
Papa Francisco enseña: «Jesús nos quiere en pie. Esa palabra bonita que
Jesús decía a los paralíticos: “levántate”. Dios nos ha creado para estar de
pie. Hay una canción hermosa que cantan los alpinos cuando suben a la montaña.
La canción dice así: «en el arte de subir, lo importante no es no caer, sino no
permanecer caído». Tener la valentía de levantarse, de dejarse levantar por la
mano de Jesús. Y esta mano muchas veces viene a través de la mano de un amigo,
de la mano de los padres, de la mano de aquellos que nos acompañan en la vida.
También el mismo Jesús está allí. Levantaos. Dios os quiere en pie, siempre de
pie.» (Homilía, 24 de abril, 2016).