APRENDEMOS A PENSAR COMO LO HARÍA DIOS Evangelio domingo 12 de febrero 2023
APREDEMOS A PENSAR, COMO LO HARÍA
DIOS
Evangelio domingo
12 de febrero 2023
Padre, Jairo Yate
Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Afirma el santo Evangelio: Dijo Jesús a
sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he
venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la
tierra pasarán antes que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de
la ley. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así
lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en
cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los
Cielos.” °°° Mateo 5, 17-37.
Las
controversias son una forma pedagógica muy expresiva que permiten debatir lo
que es correcto, lo cierto, lo que se puede, lo que se debe, el poder de
Dios sobre la manera necia ante el pensar de hombres y mujeres. El Nazareno
utilizó como medio de evangelización las controversias y con ello logró que la
humanidad encontrara la sabiduría divina, la manera como Dios desee que piensen
y vivan todos aquellos que creen en él y desean hacer su santa voluntad. La
Sagrada Escritura nos permite pensar y debatir las controversias: La primera,
¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? (cfr. Marcos 2, 1-12).
La segunda, ¿Por qué el Hijo de Dios
come con publicanos y pecadores? (cfr. Marcos 2, 13-17). La tercera, ¿Por qué
los discípulos del Maestro no ayunan? (cfr. Marcos 2, 18-22). La cuarta, ¿Por
qué hacen en sábado lo que no está permitido?
(cfr. Marcos 2, 23-28). La quinta, ¿Qué está permitido, hacer el bien o
el mal; salvar una vida o acabarla? (cfr. Marcos 3, 4). ¿Será que el Hijo de
Dios vino a terminar con la ley o a darle plenitud a la ley? La respuesta
correcta es: El Maestro quiere que todos aquellos que le den su palabra, sus
comportamientos correspondan al planteamiento original de la ley de Dios.
Ningún
creyente debe manipular o enseñar incorrectamente la ley de Dios. Todo creyente
debe ser una persona justa y hacer permanentemente la voluntad de su Señor. Un
buen creyente no se deja llevar por la cólera, al contrario, trata con bondad y
misericordia a los demás. Un buen católico antes de recibir la sagrada
comunión, piensa: ¿tengo mi alma limpia, para recibir a mi Señor? Un buen
discípulo, no permite que, en su corazón, habite odio o rencor contra los
demás. Un buen bautizado, cumple con los mandatos de su Señor.
El
Papa Francisco enseña que: Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella
mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios. Él, sin
embargo, no deroga la Ley de Moisés, sino que la lleva a plenitud, declarando,
por ejemplo, la ineficacia contraproducente de la ley del talión; declarando
que Dios no se complace en la observancia del sábado que desprecia al hombre y
lo condena; o cuando ante la mujer pecadora, no la condena, sino que la salva
de la intransigencia de aquellos que estaban ya preparados para lapidarla sin
piedad, pretendiendo aplicar la Ley de Moisés.
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