1 de febrero de 2023

APRENDEMOS A VIVIR SEGÚN EL ESPÍRITU DE LA LEY DE DIOS Evangelio jueves 2 de febrero 2023


LA FAMILIA DE NAZARETH CUMPLE CON LA LEY DE DIOS
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Evangelio jueves 2 de febrero 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el santo Evangelio: “Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel.
 
El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios”- °°° Lucas 2, 22-32.
 
            La familia de Nazareth es una excelente escuela para poder aprender cómo se cumple la ley de Dios. Cómo se debe interpretar la ley de Dios. Cómo encontrar la diferencia entre la ley y el espíritu de la ley. Cómo ser respetuoso de la ley del Señor.  Por qué razón la ley de Dios, siempre el camino para la santificación de las personas y no tanto para el legalismo en el “modus vivendi” de las personas.  San José y la Santísima Virgen María, son ese modelo de esposos, de padres y de mensajeros de Dios, que son respetuosos y cumplen la ley de Dios de una manera cualificada. Como una buena y sana costumbre, presentaron a su Hijo ante la magnificencia de Dios y permitieron que se cumpliera los deseos del anciano Simeón.
 
            Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica, nos educa en el significado de la fiesta litúrgica de la presentación del Señor: “La Presentación de Jesús en el templo (cfr. Lucas 2, 22-39) lo muestra como el Primogénito que pertenece al Señor (cfr. Éxodo 13,2.12-13). Con Simeón y Ana toda la expectación de Israel es la que viene al encuentro de su Salvador (la tradición bizantina llama así a este acontecimiento). Jesús es reconocido como el Mesías tan esperado, "luz de las naciones" y "gloria de Israel", pero también "signo de contradicción". 

La espada de dolor predicha a María anuncia otra oblación, perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado "ante todos los pueblos". (cfr. Numeral 529). 
 
            El Papa emérito Benedicto XVI propone tres ideas para contemplar la presentación del Hijo de Dios. La primera, el icono evangélico de la Presentación de Jesús en el templo contiene el símbolo fundamental de la luz; la luz que, partiendo de Cristo, se irradia sobre María y José, sobre Simeón y Ana y, a través de ellos, sobre todos. 

La segunda, el icono evangélico manifiesta la profecía, don del Espíritu Santo. Simeón y Ana, contemplan al Niño Jesús, vislumbran su destino de muerte y de resurrección para la salvación de todas las naciones y anuncian este misterio como salvación universal. 

La tercera, el icono evangélico de la Presentación de Jesús en el templo manifiesta la sabiduría de Simeón y Ana, la sabiduría de una vida dedicada totalmente a la búsqueda del rostro de Dios. (cfr. Homilía, 2 de febrero, 2011).
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