Evangelio domingo 10 de marzo
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Porque Dios
no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo
se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está
juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.” °°° Juan 3,
14-21.
Desde el primer momento en que al
ser humano se le ocurrió desobedecerle a Dios o creer que se tiene la razón
cuando está guiado por la tentación y no por la razón, (cfr. Génesis 3, 1-6) Dios siempre presenta un camino de
salvación. Dios no tiene en sus planes juzgar al ser humano, sino salvar.
El querer profundo de Dios es que las personas se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad. (cfr. 1 Timoteo 2, 3-6).
La paciencia es una virtud que Dios pone en
práctica para esperar la conversión de cada persona. (cfr. 2 Pedro 3, 9). Existe una condición
para conservar la salvación y evitar la condenación, es la fe. Todo el que crea
en Jesucristo no será juzgado, sino que tendrá la vida eterna. (Juan 3, 16). El
creador del mundo no se complace en la muerte del pecador, sino que se
convierta de su conducta y que viva. (Ezequiel 18, 23).
El
Papa Francisco nos recuerda que Dios siempre toma la iniciativa para salvarnos
y nosotros la buscamos en la oración y descubrimos que Él ya nos estaba
esperando. Dios tiene un proyecto para cada uno de nosotros y confiando en Él
nos abandonamos en sus manos. (cfr. Audiencia 21 de marzo 2019).
No debemos perder la idea que la salvación
viene de Dios, es
Gracia de Dios. Pensemos en los medios de salvación. La fe es necesaria y medio de salvación. La conversión es la
decisión que cada persona decide regresar a los caminos de Dios. El Hijo de
Dios tiene el poder de Salvar a todos los que crean en Él. (cfr. Juan 3, 16).
Las obras
de caridad practicadas desde la fe son un excelente medio de salvación. (cfr.
Mateo 25, 35-36). Jesucristo enseña el camino de salvación o de juicio,
dependiendo de la práctica de la caridad de cada persona. (cfr. Mateo 25,
31-46).
EN EL AÑO DEL HIJO JESUCRISTO
El símbolo de la fe en nuestra Iglesia Católica
nos enseña los misterios de Jesús de Nazareth. Por ejemplo, los misterios de la Encarnación:
(concepción y nacimiento) y misterios de la pascua: (Pasión, crucifixión,
muerte, sepultura, descenso a los infiernos, resurrección, ascensión). los
artículos de la fe referente a la Encarnación y a la Pascua de Jesús iluminan
toda la vida terrena de Cristo. (Catecismo, # 512).
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