16 de marzo de 2024

EL TÍTULO DE LA GLORIA ESTÁ EN LA CRUZ Evangelio domingo 17 de marzo 2024


EL TÍTULO DE LA GLORIA ESTÁ EN LA CRUZ
               
Evangelio domingo 17 de marzo 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Entre los que habían llegado a Jerusalén para dar culto a Dios con ocasión de la fiesta, había algunos griegos. Estos se acercaron a Felipe, que era natural de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe se lo dijo a Andrés, y los dos juntos se lo hicieron saber a Jesús. Jesús contestó: «Ha llegado la hora en que Dios va a glorificar al Hijo del hombre.
 
Yo les aseguro que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere dará fruto abundante. Quien aprecia su vida terrena, la perderá; en cambio, quien sepa desprenderse de ella, la conservará para la vida eterna.” °°° Juan 12, 20-33
 
            La historia del ser y de la misión de Jesús de Nazareth, la podemos encontrar en lo que el Papa Benedicto XVI denomina la parábola de Jesús. Él mismo es el grano de trigo, es el grano de Dios, enviado por Dios. Es el grano que cae en la tierra, se deja romper ante la muerte y da mucho fruto para el mundo. No es fácil comprender la lógica de Dios: “Para ganar hay que perder”.
 
La muerte puede ser una noticia contundente para alguna persona. Para Dios, es vida, es cambio, es eternidad. Jesús mismo se presenta ante los griegos. Una curiosidad: Muchos judíos quieren matar a Jesús, otros paganos desean conocerlo. El Hijo de Dios presenta la hora de la muerte como la glorificación, como la esencia del amor. La Cruz es la razón, el sacrificio es el medio, la eternidad es el punto de llegada. Dar fruto es la tarea primordial para todos aquellos que deseen formar una sola comunidad de hermanos con el Salvador del mundo.
 
            El título de la gloria está en la experiencia de la Cruz.  El Hijo de Dios anuncia su glorificación por la muerte. Jesús no quiere atraer las multitudes porque hace milagros. Él no se deja seducir por la gloria fácil que puede obtener de los hombres. Él quiere que nosotros volvamos los ojos hacia la Cruz, porque allí está su máximo título de gloria.
 
 Jesús es un Dios crucificado. Su misión es provocar que todos aquellos que creen en Él tengan una pista para su propia salvación: “Yo cuando sea levantado de la tierra atraeré a todos hacia mí”. (Juan 12, 32).      Dependiendo de la mirada cristiana de ese leño de la Cruz, vamos a encontrar la plenitud de un héroe, de un líder, de un salvador. Allí pende la gloria del hombre que aprendió en su vida a ser fiel a su Señor, a ser obediente a pesar de las terribles circunstancias, a entender el sacrificio como medio de redención. (cfr. Filipenses 2, 6-11).
 
EN EL AÑO DEL HIJO JESUCRISTO
Nuestra Iglesia Católica evangeliza diciendo que toda la vida de Cristo es Misterio. Lo que se ha escrito en los Evangelios lo ha sido "para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20, 31). Habiendo conocido por la fe quién es Jesús, pudieron ver y hacer ver los rasgos de su Misterio durante toda su vida terrena. (Catecismo # 515).
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