Evangelio domingo 24 de marzo
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Los sumos
sacerdotes le acusaban de muchas cosas. Pilato volvió a preguntarle: "¿No
contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan". Pero Jesús no respondió
ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido. Cada Fiesta les concedía la
libertad de un preso, el que pidieran. Había uno, llamado Barrabás, que estaba
encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un
asesinato. Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder. Pilato
les contestó: "¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?" °°°
Marcos 15, 1-39.
El
Hijo de Dios conquista el mundo con la gloria de su sufrimiento. Subió a
Jerusalén para cumplir con la misión que el mismo Padre le había encomendado;
al llegar se encuentra con la gran sorpresa: “Es aclamado como Mesías, como el
salvador del mundo”, los niños hebreos, los pobres, los sencillos, los
humildes, batiendo ramos de olivo, le abren calle de honor, al gran rey que
viene montado en un pollino. (Marcos 11, 10-11).
El
que quita el pecado del mundo pone en marcha el Reino de su Padre, es un
mundo nuevo que se abre al horizonte jerosolimitano, es el Reino de la paz, de
la justicia, del amor, el Reino de aquellos que han aprendido en su experiencia
de fe, a hacer la voluntad de Dios. No es fácil entrar a romper con las
estructuras sociales, con la mentalidad milenaria de un pueblo, con la concepción
teísta de hombres y mujeres que no logran asimilar entre el Dios de ellos y el
Dios encarnado según la persona de Cristo Jesús.
Jesucristo siendo de condición divina, toma la
condición de esclavo, se hace igual a todos, se humilla, se hace obediente
hasta la muerte y una muerte de Cruz. °°° (cfr. Filipenses 2, 6-11).
El
mundo sigue viviendo la realidad de Jesús, vivo, presente en la Eucaristía;
vivo, presente en su Palabra; vivo, presente en su Iglesia; vivo, manifestado a
través de sus sacerdotes; vivo, en medio de su gente, el pueblo de Dios.
Abrámosle
el corazón a quien viene en nombre del Señor. Jesús es el Mesías, y eso lo
define todo. Pedro apóstol, atinó perfectamente a definirlo como el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo (Marcos 8,27-29)
EN EL AÑO DEL HIJO JESUCRISTO
Toda la vida de Cristo es Misterio de Redención. La Redención nos viene ante todo
por la sangre de la cruz (cf. Efesios 1, 7), pero este misterio está actuando
en toda la vida de Cristo: ya en su Encarnación porque haciéndose pobre nos
enriquece con su pobreza (cf. 2 Corintios 8, 9); en su vida oculta donde repara
nuestra insumisión mediante su sometimiento (cf. Lucas 2, 51). (cfr. Catecismo
# 517).
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