Evangelio viernes 22 de marzo
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Los judíos
tomaron piedras para apedrear a Jesús. Entonces Jesús dijo: “Les hice ver
muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren
apedrear?” Los judíos le respondieron: “No queremos apedrearte por ninguna obra
buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios”.
Jesús les respondió: “¿No está
escrito en la Ley de ustedes: «Yo dije: ¿Ustedes son dioses»? Si la Ley llama
dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada-
¿Cómo dicen: ‘Tú blasfemas’, a quien el Padre santificó y envió al mundo,
porque dijo: ‘Yo soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean;
pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán
y sabrán que el Padre está en mí y Yo en el Padre”. Ellos intentaron nuevamente
detenerlo, pero Él se les escapó de las manos.” °°° Juan 10, 31-42
Entre
las faltas contra la fe, la Iglesia nos enseña que la duda voluntaria a lo que
es Dios, a su existencia y el ser de Dios, no nos permite aceptarlo como Dios.
La persona rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y lo que la
Iglesia propone creer. (cfr. Catecismo, 2088). Para algunos judíos, la manera
como evangeliza y se presenta Jesús de Nazareth es una blasfemia.
Desafortunadamente
la acusación no tiene fundamento por dos realidades. La primera, la blasfemia
consiste en usar de una manera injuriosa el nombre de Dios. (cfr. Catecismo,
2162). La segunda, Jesucristo prueba su divinidad con sus obras y con sus
Palabras. No lo hace a título personal. Así aparece en la Escritura.
La
Escritura enseña que Jesucristo guarda la unidad con el Padre celestial. (cfr.
Juan 10, 30). Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios. 800 años antes
de su nacimiento, un profeta había anunciado esta verdad diciendo: “El Espíritu
del Señor está sobre mí y me ha ungido para llevar la Buena Nueva” (Lucas 4,
18).
San Pedro afirma que Jesucristo es el Hijo del
Dios viviente.
(Mateo 16, 16). Natanael le dice a Jesucristo: “Maestro, tú eres el Hijo de
Dios, tú eres el Rey de Israel”. (Juan 1, 49).
La
Iglesia Católica enseña en su catequesis El Verbo se encarnó para hacernos
"partícipes de la naturaleza divina" (2 Pedro 1, 4): "Porque
tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del
hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así
la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios" (San Ireneo de Lyon,
Adversus haereses, 3, 19, 1). (Catecismo, # 460).
El Papa
Francisco enseña que cuando la persona no acepta a Dios, es porque su espíritu
está cerrado al Espíritu de Dios. (cfr. Homilía, 9 de agosto, 2015).
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