QUE EL SALVADOR DEL MUNDO
Evangelio jueves 28 de marzo 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Durante la
Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el
propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus
manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se
sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura.
Luego echó
agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos
con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le
dijo: “¿Tú, ¿Señor, me vas a lavar los pies a mí?”. Jesús le respondió: “No
puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás”.
°°° Juan 13, 1-15.
El
servicio, la humildad, el altruismo, definen el ser y el quehacer de todos
aquellos que deseen convertirse en discípulos misioneros del Maestro de
Nazareth. En torno al excelente
sacramento de los sacramentos, el Hijo de Dios enseña a sus futuros seguidores,
que, con el alimento de la Eucaristía y la disponibilidad de corazón de cada
persona, podrán cumplir la misión encomendada, haciendo todo en memoria del Salvador del mundo.
El
amor de Dios no tiene límites. La salvación y liberación del pueblo creyente,
lo condensa Jesús en la tarde del Jueves Santo. Es el día de la cena, es el día
del pan, es el del día del vino, es la consigna del amor y el servicio, es la
formación de la nueva comunidad que propone el Mesías: “Lo mismo que yo he
hecho con ustedes, háganlo también ustedes con sus hermanos”. Los principios de vida cristiana que desea
Dios para la humanidad son: El amor, el servicio, la humildad, la caridad.
El
Papa Francisco enseñó con mucha sabiduría que: Los gestos hablan más que las
imágenes y que las palabras. Los gestos del Maestro dejan mucha enseñanza:
Teniendo todo el poder, se dedica a lavar
los pies de sus discípulos. Luego le dice a la humanidad, “Hagan eso entre
ustedes”. Sean hermanos en el servicio, no en la ambición, como alguien que
domina al otro o que pisotea al otro no, sean hermanos en el servicio.
¿Necesitas algo, un servicio? Te lo hago yo.
Esto es fraternidad. La fraternidad es humilde, siempre: está al
servicio. Esta es la regla de Jesús y la regla del Evangelio: la regla del
servicio, no del dominio, no de hacer el mal, no de humillar a otros. ¡Servicio!
(cfr. Homilía, 18 de abril, 2019).
Celebrar el día de la Eucaristía nos permite pensar en los deseos del
Maestro por una civilización del amor, una cultura de la misericordia, una
sociedad muy de hermanos entre sí.
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