9 de marzo 2024. ¡POR SUPUESTO QUE SÍ! Autor: Padre Mario García Isaza. Formador, Seminario Mayor, Arquidiócesis de Ibagué.
En la
Linterna Azul del viernes 8 de marzo, aparece un artículo suscrito por el señor
Juan David Escobar Valencia, con este título: ¿Todavía necesitamos el matrimonio?
Lo leí y se
me ocurrió escribir esta reflexión sobre un tema de trascendental seriedad e
importancia. Debido tal
vez a mi incapacidad de análisis, - que me perdone su autor - no me quedó claro
si él defiende el matrimonio como institución básica e insustituible de una
sociedad con fundamentos antropológicos y éticos sólidos, o se matricula entre
los que lo consideran como antigualla un tanto cavernaria…y me pareció que la
columna mencionada oscilaba entre la guasa y el análisis social… Sea como
fuere, aquí mi reflexión.
¿Qué si aún
necesitamos el matrimonio? ¡Por supuesto que sí, mientras no cambie la
naturaleza del ser humano! Porque el
matrimonio es una institución de ley natural. “Hombre y mujer los creó… No
es bueno que el hombre esté solo …. ”, leemos en el Génesis. El Papa Francisco
nos recuerda en su Exhortación apostólica “Amoris lætitia” que el matrimonio “no es una convención social”
sino “una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado específico a
vivir el amor conyugal” (N° 72)
Y el
Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña: “El hombre y la mujer están hechos
el uno para el otro; no que Dios los haya hecho a medias e incompletos; los ha
creado para una comunión de personas, en la que cada uno puede ser ayuda para
el otro porque son a la vez iguales en cuanto personas, y complementarios en cuanto masculino y femenina” (N° 372)
Aquí entra,
como elemento indispensable, el reconocimiento de esa ley que llamamos natural,
porque brota de la naturaleza misma del ser racional, que por lo mismo es
anterior a toda ley positiva y está por encima de ella, y que es también ley
divina, puesto que Dios es el autor de la naturaleza.
Por eso la
doctrina social católica establece de modo categórico: La institución
matrimonial, fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes … no es
una creación debida a convenciones humanas o imposiciones legislativas… Nace para la sociedad en el acto humano por
el cual los esposos se dan y re reciben mutuamente, y se funda sobre la
naturaleza misma del amor conyugal… Ningún
poder puede abolir el derecho natural al matrimonio, ni modificar sus
características y su finalidad. El matrimonio tiene características propias,
originales y permanentes” (Compendio de la Doctrina Social, CEC, 215-216)
“La familia, reza la Constitución colombiana,
es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos
naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de
contraer matrimonio…” (Art. 42) Núcleo fundamental de la sociedad, la familia;
y ella se constituye, es decir, nace del matrimonio.
¿Tiene, entonces, sentido,
preguntar si es aún necesario el matrimonio? Si se disuelve la familia, si se
socavan los fundamentos que le dan estabilidad y firmeza, se derrumba toda la
estructura social. ¿No es, acaso, lo que está sucediendo? Y porque eso es así,
¿no es ese el propósito de los enemigos solapados de la moral cristiana que,
desde instancias legislativas y judiciales atentan contra la inmutable doctrina
católica acerca de la familia?
Ahora: para
los que profesamos la fe y los principios morales de la Iglesia católica, esa
institución de ley natural, ese darse y recibirse mutuamente del hombre y la
mujer, se eleva a otro orden, el sacramental; y entonces adquiere otra dimensión,
y se convierte en vivencia de una auténtica y sublime vocación, y es el origen fontal de la “Iglesia
doméstica”.
Atentan, por todo esto, contra la ley natural, contra
la razón, contra Dios mismo, contra los más entrañables intereses de la
sociedad, cuantos
pretenden socavar tanto los fundamentos naturales como los religiosos del
matrimonio y de la familia. “El bien de la familia es decisivo para el futuro
del mundo”, es afirmación apodíctica del Papa Francisco (Amoris lætitia, 31) Correo del autor: magarisaz@hotmail.com