PRUDENCIA Y DELICADEZA Evangelio miércoles 13 de agosto 2025
PRUDENCIA Y DELICADEZA PARA
CORREGIR AL OTRO
Evangelio miércoles 13 de agosto
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus
discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace
caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos,
para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no
les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la
comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y
todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. Les aseguro,
además, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo,
se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18, 15-20
Dios nos enseña a resolver
conflictos. La virtud indicada para ayudar a los demás a corregir sus
deficiencias es la prudencia. Esto implica decir que debemos medir las
palabras, las actitudes, el ambiente mismo como se quiera entrar en comunión
con la otra persona. La prudencia nos permite entrar en diálogo con los demás
teniendo como punto de referencia la razón humana y la sabiduría divina. La
Sagrada Escritura nos indica que cuando una persona es prudente sabe bien lo
que hace, pero cuando una persona es necia se deja llevar por la insensatez.
(Proverbios 13, 16).
La
prudencia nos ofrece ventajas: Quien es prudente, siempre conserva la
discreción. (Proverbios 3, 21) El prudente camina tranquilo y no tropieza
tan fácilmente. (Proverbios 3, 23). Cuando somos prudentes, sabemos cuándo
hablar y cuándo guardar silencio. (Amós 5, 13). El prudente edifica su vida
sobre una base firme. (cfr. Mateo 7, 24-25).
Teniendo como punto de referencia la
prudencia para vivir en paz con los demás. Debemos ser conscientes de nuestras
propias deficiencias para no caer en la tentación de juzgar lo que nosotros
mismo estamos cometiendo. Dios nos recomienda que reconozcamos nuestros
propios pecados. El apóstol san Pablo nos recuerda: “Quien crea estar
firme, cuidado que no caiga” (1 Corintios 10, 12).
El Papa Francisco nos propone pensar en: Corregir
al hermano es un servicio, y es posible y eficaz sólo si cada uno se reconoce pecador y necesitado
del perdón del Señor. La conciencia misma que me hace reconocer el error del
otro, antes aún me recuerda que yo mismo me equivoqué y me equivoco muchas
veces. (cfr. Discurso, 25 de marzo, 2022).
SI DESEAS
ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/PNYZCc4vhrs