2 de agosto de 2025

AVARICIA, FUENTE DE MUCHOS MALES Evangelio domingo 3 de agosto 2025


LA AVARICIA ES FUENTE DE MUCHOS PECADOS 
      
Evangelio domingo 3 de agosto 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
«Alguien en medio de la gente dijo al Maestro, di a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?». Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas».
 
Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma:
 
Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios» Lucas 12, 13-21
 
            Una buena regla de oro: “Cuídense de toda avaricia.” De acuerdo a los estudiosos de la teología moral, debemos estar muy atentos a los pecados capitales, porque cuando una persona elige mal el rumbo de su vida, ese mismo pecado se convierte en fuente de otros males. Existen dos que sobresalen entre los vicios capitales:
 
La soberbia y la codicia son como el origen de todo pecado. Cuando alguien sufre de soberbia en el fondo es una aversión a Dios y por ende la cantidad de males son incontables. Cuando alguien se deja tentar por la avaricia, esta misma lo lleva a acceder a todos los deseos desordenados. Razón tuvo el doctor angélico en decir: “Raíz de todo pecado es la avaricia
 
            El poseer muchas riquezas no puede ser el objetivo de una persona en su vida. Se equivoca quien pretenda creer que los bienes materiales definen la felicidad y el éxito humano. Cuando el deseo de obtener es extremo, innegablemente que la persona cae en el pecado contra la justicia. Viola los derechos de las personas, manipula las personas, es ladrón. Es injusto con el pobre y el humilde. (cfr. Deuteronomio 24, 14-15).
 
El profeta advierte: “El hombre justo será juzgado por su justicia, y el malvado será juzgado por su maldad” (Ezequiel 18, 20). Dios recomienda que todo juicio se proclame según la justicia, no torcer el derecho, no fijarse en la condición de la persona, no aceptar regalos que ciegan los ojos, busca la justicia si quieres vivir. (Deuteronomio 16, 18-20).
 
            El remedio para este impresionante mal es el desprendimiento, la humildad, la sencillez de corazón. Piensa en este lema: “Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón” (Mateo 6, 21).
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https://youtu.be/zukNkfZnr2c