30 de enero de 2025

DIOS ES EL DUEÑO DE SU REINO Evangelio viernes 31 de enero 2025


DIOS ES EL DUEÑO DE SU REINO    Evangelio viernes 31 de enero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
«El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega».
 
            Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas.” °°° Marcos 4, 26-34.
 
            Las parábolas sobre el Reino en la Sagrada Escritura guardan un mensaje eminentemente comunitario. La comunidad es la primera beneficiada con el Reino propuesto por Jesús, se forma y se construye el ambiente comunitario con la base de la Palabra y el testimonio; no somos los autores principales, somos el resultado de una Palabra que se encarnó en nuestros corazones y sentimientos y nos permitió llamarnos hermanos, comunidad, Iglesia, Reino.   
 
            El Reino de Dios tiene un desarrollo sorprendente: “La semilla germina y crece, sin que se sepa cómo”. “La semilla más pequeña al sembrarla se convierte en la más grande”.  El catecismo de la Iglesia Católica nos ilustra muy bien sobre el Reino: Es anunciado a todos los hijos de Israel. (cfr. Mateo 10, 5-7). Está destinado para hombres y mujeres en el mundo. (cf. Mateo 28,19). El requisito para el Reino es acoger la palabra del Nazareno. (cfr. Marcos 4, 26). El Reino pertenece a los pobres y a los sencillos. (cfr. Lucas 4, 18).
 
            ¿Cómo podemos vivir según el Reino de Dios? La respuesta la tienen las parábolas del Reino. Se destacan dos actitudes ante el Reino: Confiar mucho en la acción de Dios y dejarse conducir por la virtud de la paciencia. El Reino avanza, pero los creyentes que siguen circulando en el mundo, no se dan cuenta en qué momento sucede esto, porque “la tierra da fruto por sí misma”. El Reino necesita de mucha paciencia, porque el dueño del Dios se llama Dios y sólo Él sabe cuándo será el final de su Reino.
 
            El Papa Francisco nos propone pensar en Dios quien hace crecer su Reino. Es él quien lo hace crecer, el hombre es su humilde colaborador, que contempla y se alegra de la acción creadora divina y espera con paciencia los frutos. La palabra de Dios hace crecer, da vida. (cfr. Homilía, 14 de junio, 2015).
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