29 de enero de 2025

MENSAJEROS DE LA LUZ, ES EL RETO Evangelio jueves 30 de enero 2025


MENSAJEROS DE LA LUZ, ES EL RETO
Evangelio jueves 30 de enero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús decía a la multitud:
“¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse.
 
 ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”
            Y les decía: “¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que     midan se usará para ustedes, y les darán más todavía. Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene”.  Marcos 4, 21-25.
 
            Dios espera que todos aquellos que crean en Él, que tengan una experiencia de Él, que conozcan la grandeza y divinidad de su Palabra: que se conviertan en mensajeros de su luz. Una persona que ha conocido a Dios, que ha tenido experiencia de Dios, debe ser esa maravillosa lámpara que ilumina y edifica la vida de los demás. Mensajeros de la luz, es el reto que nos propone Dios.
 
            ¿Cuál es el concepto que tenemos sobre Dios? Nos dice que Él es: “Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero.”  En eso creemos, Eso anunciamos y esa es la fe que defendemos. Todo en la vida de Jesucristo es luz.   Dios quiere que aprendamos a ser lámparas encendidas, luz que ilumina a los demás. luz que disipa las tinieblas. La oscuridad es la presencia desobediente del ser humano en la vida divina. 
 
            Cuando aumenta la oscuridad, aumenta la destrucción del hombre, cuando aumenta la luz, se abren nuevas alternativas de superación y entendimiento de la misma realidad que vivimos. “Juan bautista no era la luz, sino el testigo de la luz”. (Juan 1, 6).  El objetivo es que la luz disipe las tinieblas, esa es la gran consigna. 
 
            El evangelista Juan centra el juicio de la humanidad en el tema de la luz.  Dice en su Evangelio: El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que vea que sus obras están hechas según Dios,” (Juan 3, 19-21).

            El Papa Francisco enseña en qué consiste el ser de un discípulo de la luz: “El discípulo de Jesús es luz cuando sabe vivir su fe fuera de los espacios estrechos, cuando ayuda a eliminar los prejuicios, a eliminar la calumnia y a llevar la luz de la verdad a situaciones viciadas por la hipocresía y la mentira. Somos instrumentos para que la luz de Jesús llegue a todos. (cfr. Ángelus, 9 de febrero, 2020).
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