Evangelio miércoles 8 de enero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Al caer la tarde, la barca estaba en
medio del mar y Él permanecía solo en tierra. Al ver que remaban muy
penosamente, porque tenían viento en contra, cerca de la madrugada fue hacia
ellos caminando sobre el mar, e hizo como si pasara de largo.
Ellos, al verlo caminar sobre el
mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo
habían visto y estaban sobresaltados.
Pero Él les habló enseguida y les
dijo: “Tranquilícense, soy Yo; no teman”. Luego subió a la barca con ellos y el
viento se calmó.” °°° Marcos 6, 45-52.
Aprendemos
el valor y el sentido que tiene el poder. Es obligatorio reflexionarlo
desde la acción divina. Cuando descubramos cómo utilizó el Maestro el poder,
cómo lo manifestó ante sus discípulos, cómo fueron ellos aprendiendo que el
poder con sentido común produce maravillas en la vida de la comunidad.
Jesucristo
manifestó en varias oportunidades su poder. En cada ocasión dejó una
enseñanza que acompaña dicho poder. Por ejemplo: multiplicó los panes y los
peces. Usó el poder para saciar el hambre. Sanó a alguien que tenía lepra.
“Quedas limpio” liberó a esa persona de la crítica social. (Mateo 8, 1-3). El Maestro combina el poder con la
autoridad: “Él es el Señor del Sábado” (Mateo 12, 8). Expulsa demonios para
que la humanidad entienda que ha llegado el Reino de Dios. (Mateo 12, 28).
Tiene
el poder para perdonar pecados. (Mateo 9, 6). El Hijo de Dios concede el
poder a otros para que perdonen pecados. “Reciban el Espíritu Santo, a quienes
les perdonen sus pecados, les quedarán perdonados” (Juan 20, 23). El mundo
judío le reconoce a Jesucristo su poder y su autoridad. “Jesucristo habló en la sinagoga como alguien que tiene
autoridad y no como los demás maestros de la ley” (Marcos 1, 22).
El
Papa Francisco enseña que la autoridad no es un mandato, sino coherencia y
testimonio. Jesús tenía autoridad porque era coherente entre lo que
enseñaba y lo que hacía. ¡Qué mal hacen los cristianos incoherentes que no dan
testimonio y los pastores incoherentes, que no dan testimonio! (cfr. Homilía,
casa Santa Marta, 14 de enero, 2020).
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