10 de enero de 2025

NADIE DEBE ATRIBUIRSE LO QUE NO LE CORRESPONDE Evangelio sábado 11 de enero 2025


NADIE DEBE ATRIBUIRSE LO QUE NO LE CORRESPONDE                           
Evangelio sábado 11 de enero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“°°° Se originó entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío, acerca de la purificación. Fueron a buscar a Juan y le dijeron: “Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán y del que tú has dado testimonio, también bautiza y todos acuden a Él”.
 
            Juan respondió: “Nadie puede atribuirse nada que no haya recibido del cielo. Ustedes mismos son testigos de que he dicho: «Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de Él». En las bodas, el que se casa es el esposo; pero el amigo del esposo, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oír su voz. Por eso mi gozo es ahora perfecto. Es necesario que Él crezca y que yo disminuya”.” Juan 3, 22-30.
 
            Sabia enseñanza de san Juan el Bautista: “Nadie puede atribuirse nada que no haya recibido del cielo”. Lo normal es que todo creyente debe anunciar a Jesús de Nazareth, comunicar su Palabra, presentar su obra de salvación, estar con comunión con su Maestro.
 
Al contrario, lo que debe evitar un discípulo cristiano, es hablar de sí mismo, apropiarse del mensaje de su Maestro, creer que todos los talentos que tiene son obra suya y no es de Dios. Quien desee servirle a Dios tendrá que asumir el buen ejemplo humilde de san Juan el Bautista. “Yo no soy digno de desatar las correas de sus sandalias” (Lucas 3, 16).
 
            Disminuir es una excelente recomendación para poder convertirse en servidor de Dios. El problema aparece cuando la persona no acepta la humildad, la sencillez de corazón, la nobleza del espíritu, reconocer que por encima de Dios no existe nadie.  El Papa Francisco nos enseña la importancia que tiene la actitud de disminuir para poder anunciar el mensaje de Dios. Dice el santo Padre: Todos los grandes protagonistas de la Biblia, desde Abrahán hasta María, muestran esta lógica de la pequeñez y del don.
 
La lógica del don es muy diferente de la nuestra. Nosotros tratamos de acumular y aumentar lo que tenemos; Jesús, en cambio, pide dar, disminuir. Nos encanta añadir, nos gustan las adiciones; a Jesús le gustan las sustracciones, quitar algo para dárselo a los demás. (cfr. Ángelus, 25 de julio, 2021).
 
            Quien se acostumbra a servir en nombre de Dios, nunca caerá en la tentación de sentirse un dios o estar por encima de los demás. El Hijo de Dios se presenta como Aquel que ha venido a servir y no a ser servido. (Mateo 20, 28).
 
El Maestro recomienda: Les he dado ejemplo, para que también ustedes hagan como yo he hecho con ustedes (Juan 13, 15). El ejemplo de servicio amoroso de Jesús nos reta a todos a mirar en nuestras propias vidas y a evaluar nuestro amor a la luz del suyo. Somos las manos y los pies de Jesús para servir a los necesitados. Jesús quiere seguir sirviendo a través de nosotros.   
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