Evangelio viernes 24 de enero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Instituyó a los Doce y puso a Simón
el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago,
a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés,
Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo
y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.” Marcos 3, 13-19
Jesucristo
fue enviado por su Padre celestial para cumplir con una misión. “Anunciar el
Reino de su Padre”. El Hijo de Dios no permite que lo detengan en esa
misión. Cuando llegaba a cada pueblo o lugar, las personas encantadas con él,
le decían que no se fuera. Él respondía: Debo anunciar la Buena Nueva para eso
he sido enviado. (Lucas 4, 43). El mensaje de Jesucristo es un llamado a la
Esperanza. El Evangelio del Maestro, cambia el rumbo de la historia.
Jesucristo elige a doce personas con
cualidades y con defectos. La clave para
que se conviertan en apóstoles es que anuncien la Palabra en nombre de Dios y
pongan al servicio de la sociedad, los dones y talentos que Dios regala a
cada persona. El apóstol san Pablo recuerda a quienes residen en Tesalónica,
cómo deben vivir aquellos elegidos por Dios y que trabajan en nombre de Dios.
“Compórtense siempre para agradarle a Dios. la voluntad de Dios es que sean
santos. Que nadie ofenda a nadie.” (1 Tesalonicenses 4, 1-6).
La
misión de quienes somos discípulos es: Anunciar el Evangelio en nombre del
Maestro. Enseñar todo lo que Jesucristo recomendó. Permanecer en Cristo, pues
Él estará con nosotros hasta el fin de la historia. (cfr. Mateo 28, 18-20).
María
Santísima es un excelente ejemplo para saber con precisión en qué consiste la
misión que Dios nos encomienda: Como persona de Fe, María asume con
obediencia la palabra de su Hijo: “Dice su madre a los sirvientes, hagan lo que
Él les diga” (Juan 2, 5). Servirle a
Dios, es una excelente gracia en María Santísima: “Dijo María, he aquí está la
esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 38).
El catecismo de la Iglesia Católica, propone a
la Virgen María como la obra maestra de la misión del Hijo y del Espíritu Santo
en la plenitud de los tiempos. (cfr. Numeral 727). °°° En María Santísima
comienza a manifestarse ¡las maravillas de Dios! Que el Espíritu va a realizar
en Cristo y en la Iglesia.
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