CONFIEMOS MÁS EN DIOS. MENOS EN NUESTRA INTELIGENCIA Evangelio viernes 26 de diciembre 2025
FORTALEZA, PRUDENCIA Y PACIENCIA.
“Quien confía en Dios y en su Palabra,
no teme a nada”.
Evangelio viernes 26 de diciembre
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus
Apóstoles: Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y
los azotarán en sus sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores
y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a
decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán
ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el
padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquél que persevere
hasta el fin se salvará.” Mateo 10, 17-22
Fortaleza, prudencia y paciencia
para aquellos que quieran convertirse en mensajeros de Dios en el mundo.
Jesucristo nos propone confiar más en la Gracia y los dones del Espíritu Santo,
menos en nuestras propias fuerzas. Es muy cierto que debemos confiar más en
Dios y menos en nuestras fuerzas. Una persona se convierte en discípula de
su Maestro cuando escucha su Palabra y observa las obras poderosas de Jesús.
Cree en el poder
de la Palabra, se deja guiar por la Palabra, obedece a la Palabra, asume el
sacrificio de su misión. Dice la
Escritura: “Confía en Dios y no en tu propia inteligencia” (Proverbios 3, 5-6).
“El Señor es quien nos ayuda, no tengamos miedo, qué podrá hacernos un mortal”
(Hebreos 13, 6).
La prudencia nos permite medir
nuestras palabras, pensar nuestras decisiones, cuidar nuestra lengua, evitar
que el enemigo se crezca y termine con nuestra misión. Dice la Sagrada
Escritura: “El que sabe discernir tiene fama de inteligente, y las palabras
dulces son más persuasivas. El buen juicio es fuente de vida para el que lo
posee, pero la necedad es el castigo de los necios. El corazón del sabio da
sensatez a su boca y hace más persuasivas sus palabras.” (Proverbios 16,
21-23).
El punto medio de nuestros
comportamientos debe ser la prudencia: Dice el libro sagrado: “Supliqué a
Dios y me concedió la prudencia; le pedí el espíritu de sabiduría y me lo dio.
La preferí a los cetros y los tronos. En su compasión, tuve en nada la
riqueza.” (Sabiduría 7, 7).
La paciencia es un fruto del
Espíritu Santo. Nos ayuda mucho a tolerar a quienes no están de acuerdo con el
mensaje de salvación. A quienes se convierten en perseguidores nuestros. El
Papa Francisco nos recuerda que el mal no se cansa de insistir. Cuando el
demonio ha sido expulsado tiene paciencia, espera para volver y si lo dejas
entrar se cae en una situación peor. (cfr. Homilía, 9 de octubre, 2015).
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https://youtu.be/9ckpoOWZggQ