EL DISCÍPULO AMADO DEL MAESTRO
Humildad y obediencia para un
buen apóstol
Evangelio sábado 27 de diciembre
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“El primer día de
la semana, María Magdalena corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro
discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor
y no sabemos dónde lo han puesto”.
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos
juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las
vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús;
éste no estaba caído con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego
entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y
creyó.” Juan 20, 2-8
La experiencia y el impacto que
produce Cristo resucitado ante la comunidad de creyentes. La gran inquietud
es la muerte. La gran sorpresa es la vida: Cristo está vivo, ha resucitado.
Tres personajes guarda cada cual su propia experiencia.
El Papa Francisco describe a
María de Magdala como la apóstola de la gran esperanza. Ella es la que
primero ve. Es a ella a quien Jesús llama por su nombre, despertando a esta
fiel mujer del torpor de la tristeza, haciéndola testigo de la Resurrección y
la esperanza. Los ojos de María Magdalena se bañan primero en lágrimas porque
encuentran un sepulcro vacío, luego son el espejo de una alegría. Es ella la que
proclama que Jesús ha conquistado la muerte. (cfr. Audiencia, 17 de mayo,
2017).
"Pedro es una roca: en
muchos momentos se muestra fuerte y firme, auténtico y generoso. Lo deja todo
para seguir a Jesús, lo reconoce como Cristo, el Hijo de Dios vivo, se
sumerge en el mar para ir rápidamente al encuentro del Resucitado". Pedro
"es una roca y también una piedra, apta para ofrecer apoyo a los demás:
una piedra que, cimentada en Cristo, sirve de apoyo a los hermanos para la
edificación de la Iglesia". "Se
preocupa por los que sufren; promueve y anima el anuncio común del Evangelio.
Es una 'piedra', es un punto de referencia fiable para toda la comunidad"
(cfr. Papa Francisco, Ángelus, 29 de junio, 2023)
Juan es el modelo ideal de un
discípulo. Los hermeneutas bíblicos lo proponen como el discípulo amado por
Jesús. En sintonía con el mismo Evangelio de este fenomenal discípulo, se
inclina sobre Jesús y le pregunta quién es el que lo va a traicionar. (cfr.
Juan 13, 23-25). Es el discípulo que está muy cerca de la Cruz del Maestro.
(cfr. Juan 19, 25-26). Juan da testimonio de su Maestro, de su costado brotó
sangre y agua. (cfr. Juan 19, 34-35). El discípulo que vio y creyó. Su Maestro
debía resucitar entre los muertos. (cfr. Juan 20, 8-9).
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