DIOS SIEMPRE ESPERA Evangelio martes 9 de diciembre 2025
DIOS SIEMPRE ESPERA
La paciencia todo lo alcanza
Evangelio martes 9 de diciembre
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus
discípulos: ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se
pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar
la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más
por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre de ustedes, que está en el cielo no quiere que
se pierda ni uno solo de estos pequeños.” Mateo 18, 12-14
En Dios no existe la posibilidad
de perder a ninguna persona. Los deseos de Dios son siempre infinitos. Él
siempre estará esperando al que se equivoca, al que no quiere cambiar, al que
cree que tiene la razón, al soberbio, al imponente, e incluso hasta el no
creyente. Dios siempre espera y quiere que cada uno de sus seguidores
guarden ese criterio: “Buscar al que está perdido o al que está confundido.
Existen virtudes que nos permiten
ayudar y espera a aquel que tomó la decisión del camino equivocado. Por
ejemplo: La Paciencia. Uno de los frutos del Espíritu Santo es la
paciencia. (Gálatas 5, 16-26). El apóstol de los gentiles recomienda que
vivamos nuestra Fe desde la humildad, la mansedumbre y la paciencia. (cfr.
Colosenses 3, 12).
Jesucristo nos
propone perdonar 70 veces para que entendamos por qué un siervo se arrodillo y
le dijo a quien le debía: “Ten paciencia y te lo pagaré todo” (Mateo 18, 35). Para
lograr la paciencia es necesario practicar la constancia, la perseverancia y el
dominio de sí. Hay que seguir los caminos de Dios. Él es compasivo,
misericordioso, paciente, lento a la ira. (cfr. Salmo 103).
La Esperanza. Es una virtud por
la que aspiramos a que se cumplan muchos anhelos, proyectos de vida, cambio en
nuestras vidas y por qué no decirlo, la misma eternidad. La Esperanza
purifica nuestras actividades y las ordena en el camino correcto. La Esperanza
nos protege ante el desaliento y nos sostiene ante el desfallecimiento.
Abraham logró su
objetivo porque esperó contra toda esperanza y creyó. (Romanos 4, 18).
Jesucristo propone a todos aquellos que no hayan encontrado el camino correcto
en sus vidas que sigan la ruta de las bienaventuranzas. (cfr. Mateo 5, 3-12)
El Papa Francisco enseñó que: La
esperanza no defrauda. (Romanos 5, 5). La esperanza no cede ante las
dificultades: porque se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad, y de
este modo hace posible que sigamos adelante en la vida. San Agustín escribe al
respecto: «Nadie, en efecto, vive en cualquier género de vida sin estas tres
disposiciones del alma: las de creer, esperar, amar. (Bula, Jubileo año 2025).
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https://youtu.be/t9X36V8BOhc