NO PERDER LAS ESPERANZAS Evangelio sábado 13 de diciembre 2025
ANTE EL DESPRECIO Y LA
PERSECUCIÓN,
NO PERDER LAS ESPERANZAS
Evangelio sábado 13 de diciembre
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Los discípulos
preguntaron a Jesús:
“¿Por qué dicen
los escribas que primero debe venir Elías?” Él respondió: “Sí, Elías debe venir
a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no
lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron.
Así también harán padecer al Hijo del hombre”. Los discípulos comprendieron
entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.” Mateo 17, 10-13
El gran reto de nuestra Fe es que
no se pierdan las esperanzas ante la venida del Salvador del mundo. La
historia tristemente ha guardado la huella de una cantidad de momentos en que
hombres y mujeres no han querido recibir a los mensajeros que el mismo Dios ha
enviado. El pecado común ha sido la desobediencia y la rebeldía por no
aceptar a quienes Dios manda como profetas, como mensajeros, como aquellos que
irían a lograr la paz en el pueblo de Israel.
El profeta dice: el Señor les ha
enviado incansablemente a todos sus servidores los profetas, pero ustedes no
han escuchado ni han inclinado sus oídos para oír. No vayan detrás de otros
dioses para servirlos y para postrarse delante de ellos, no me agravien con la
obra de sus manos, y no les haré ningún mal. Pero ustedes no me escucharon.
(Jeremías 25, 4-8).
Sacerdotes que vivieron después del
exilio en Israel escribieron el proceso de la reconstrucción del pueblo después
de la experiencia del destierro. Esos libros históricos llamados de las
Crónicas cuentan que el pueblo abandonó la casa de Dios y rindieron culto a
otros dioses. Les envió profetas, pero no quisieron escucharlos. (2 Crónicas
24, 18-19).
El profeta Elías marco un momento
determinante en la historia de Israel, su misión restaurar la Fe, enfrentar
el culto a Baal, llamar al arrepentimiento. Su narración está en (1 Reyes 17-21
y II Reyes 1 al 2). “No quisieron obedecerle”.
El bautista defendió la verdad y
expuso su propia vida ante un pueblo que había perdido sus valores morales
y éticos. Defendió la importancia del matrimonio. (Marcos 6, 22-24).
Jesucristo fue perseguido,
arrestado, juzgado y sentenciado, por ser el Hijo de Dios, el Mesías, el
que tenía que venir al mundo, por predicar la verdad, por exigir la justicia,
por denunciar la hipocresía y la falsedad. Así lo había prefigurado el profeta:
“fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi
pueblo.” (Isaías 53, 5-8).
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