SEGUIR AL MAESTRO NO ES IMPOSIBLE
Dios nos dice cómo hacerlo y nos da lo necesario Evangelio miércoles 10 de diciembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús tomó la palabra y dijo:
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.” Mateo 11, 28-30
Seguir al Maestro de Nazareth no
es un proyecto imposible. Jesucristo no propone condiciones que un ser
humano no pueda cumplir. Él mismo lo dice: Su yugo es suave y su carga es
ligera. Seguir al Maestro es posible, porque Él libera de las cargas pesadas a
aquellos que no han podido cumplir con sus vidas. Por ejemplo: San Pedro pierde
el miedo y acepta que la mano de su Maestro lo levante y lo fortalezca. (Mateo
14, 28-32).
Jesucristo siempre curó toda clase de dolencias y
enfermedades, que son un impedimento. (Mateo 4, 23-24). El Hijo de Dios vino para dar
libertad a los oprimidos. (Lucas 4, 18). El mismo Hijo de Dios advierte los
problemas, las limitaciones, sufrimientos por seguirlo a Él, pero abre la
Esperanza de que todo puede ser posible, Él está con su Padre y Él venció el
mundo. (Juan 16, 32-33).
Seguir a Jesucristo y no
equivocarse implica dedicarse solo a Él, no se puede servir a dos señores.
(Mateo 6, 24). Implica amar con la mente y con el corazón. (Marcos 12, 30).
Implica distinguir perfectamente entre lo que es de la carne y lo que es del
Espíritu. La carne no sirve para nada, el Espíritu es el que da la vida. (cfr.
Romanos 8, 1-11
El Papa Francisco enseñó: si
queremos seguir a Jesús, debemos recorrer el camino que Él mismo ha trazado, el
camino del servicio. Nuestra fidelidad al Señor depende de nuestra
disponibilidad a servir. Y esto cuesta, lo sabemos, porque <sabe a
cruz>”. “cuanto más servimos, más sentimos la presencia de Dios. Sobre todo
cuando servimos a los que no tienen nada que devolvernos, los pobres, abrazando
sus dificultades y necesidades con la tierna compasión. (cfr. Ángelus, 19 de
septiembre, 2021).
https://youtu.be/WuevAdzLfsQ
