Evangelio miércoles 11 de
septiembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Bienaventurados
vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban
vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y
saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo
que hacían vuestros padres con los profetas.” °°° Lucas 6, 20-26.
Tomamos
conciencia de lo que somos y lo que debemos hacer siguiendo los criterios del
Maestro de Nazareth: Será bienaventurado y hará la voluntad de Dios,
aquella persona que organice su vida según las virtudes de la humildad, la
sencillez. Aquel que logre el sentido
altruista de la vida: pensar en los demás. Caridad con los demás. Tristeza
y desconsuelo de los demás. Asumir el sacrificio como un medio de soportar las
injurias de los demás.
Desde el punto de vista de la fe y
la vida cristiana, las Bienaventuranzas son un proyecto de vida. Aprendemos a convivir con los demás y a
lograr hacer algo que le cuesta tanto a la conciencia humana: Hacer la voluntad
de Dios. Jesús nos presenta un nuevo estilo de vida, inspirado en el amor,
la paz, la justicia, el servicio, el perdón.
Es lo que
llamamos el REINADO DE DIOS, expresado por Jesucristo en las
BIENAVENTURANZAS. Consiste en establecer
un “mundo nuevo, un nuevo estado de cosas, una nueva manera de ser, de vivir,
de vivir juntos, que inaugura el Evangelio”. (San Pablo VI. Evangelii
Nuntiandi, 23).
Pensemos en los códigos de un
proyecto de vida: Los pobres en el
espíritu, son los sencillos, abiertos a los demás, necesitados de Dios, que
no se apegan a las cosas materiales. Los mansos, son personas serenas, tranquilas,
tolerantes, pacíficas, respetuosas del pensamiento de los demás. Los que lloran, son los que tienen valor ante
el sufrimiento, el dolor, el fracaso. Saben llevar la Cruz. Los que desean una sociedad justa e
igualitaria.
Los
que no juzgan a los demás, no condenan a nadie, esos son misericordiosos.
Los que son sinceros, no obran con segunda intención, esos son los limpios de
corazón. Los que no son amigos del odio, la crítica destructiva, esos son
mensajeros de la paz. El Papa Francisco enseña que: las Bienaventuranzas "iluminan las acciones de la vida cristiana
y revelan que la presencia de Dios en nosotros nos hace verdaderamente
felices". (cfr. Audiencia, 29 de enero, 2020).
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