2 de septiembre de 2024

EL PODER SE EJERCE CON CARIDAD Y MISERICORDIA Evangelio martes 3 de septiembre 2024


EL PODER SE EJERCE CON CARIDAD Y MISERICORDIA
Evangelio martes 3 de septiembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. °°° Lucas 4, 31-37. 
 
            El poder de la Palabra de Dios se convierte en misericordia. Se convierte en caridad. Se convierte en delicadeza con los demás. Se convierte en escuchar a los demás. Se convierte en respeto por los demás. Se convierte en derrotar al mayor enemigo, que es el demonio. Ese es el gran secreto de la Palabra y de la persona que lo anuncia. 
 
Tener autoridad es contar con la presencia del Espíritu de Dios.  Cuando cada persona pone más su confianza en Dios, va adquiriendo mayor capacidad de hacer tanto bien a los demás. Su sabiduría y sus talentos se convierten en servicio desinteresado para los demás, para la misma Iglesia.
 
            Jesucristo propuso la autoridad como el medio de hacer tanto bien a la sociedad. El Hijo de Dios enseña con la autoridad venciendo el demonio, curando enfermedades, sirviendo a los demás. Su autoridad no está en la tierra, sino que le viene del cielo.  Al mundo judío le pareció novedosa la forma como el Maestro enseñaba con autoridad.
 
            La diferencia está en definir si la autoridad es estar por encima de los demás, o la autoridad se gana con el buen ejemplo y el buen servicio a los demás. El Papa Francisco recomienda tres características ante la autoridad:  El que manda, como el que le sirve a los demás. El que manda como el que siempre está muy cerca de los demás. El que manda debe ser coherente con su testimonio de vida.
 
            Nuestro Papa Benedicto XVI propone pensar en la posibilidad que la autoridad cuando no está relacionada con Dios, se vuelve en contra del ser humano. Asevera el santo Padre: “la autoridad, en todo ámbito, cuando se ejerce sin una referencia a lo trascendente, si prescinde de la autoridad suprema, que es Dios mismo, acaba inevitablemente por volverse contra el hombre.
 
Es importante, por tanto, reconocer que la autoridad humana nunca es un fin, sino siempre y sólo un medio.” (cfr. Audiencia, 26 de mayo 2010).
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