25 de septiembre de 2024

La verdadera identidad del Maestro de Nazareth Evangelio jueves 26 de septiembre 2024


LA VERDADERA IDENTIDAD DEL MAESTRO DE NAZARETH
Evangelio jueves 26 de septiembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”.
Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?” Y trataba de verlo.” Lucas 9, 7-9. 
 
            ¿Por qué es tan importante hablar de la identidad de Jesucristo? Las respuestas pueden ser varias: La manera de hablar de Jesús de Nazareth supera la cantidad de predicadores que habían conocido en Israel. El Hijo de Dios acompaña su sabiduría y su forma de predicar con el testimonio y las buenas obras. Para poder identificarse con el Nazareno se hace necesario escuchar y discernir su Palabra y sus obras.
 
            La hermenéutica de la Escritura nos permite discernir la identidad del Salvador del mundo. Jesús no es Juan el Bautista. La obra de Juan y del Maestro cada una tiene su propia identidad. Juan es el precursor (Hechos 13, 24) y el Mesías es el que debía venir al mundo. Jesucristo no es el profeta Elías, ni uno de los antiguos profetas. Jesucristo es el profeta por excelencia. En el misterio de la transfiguración (Mateo 17, 1-8) aparecen Elías y Moisés cumpliendo cada cual su misión.
 
            Identificar al Maestro en su ser y en su misión, define propiamente el éxito de un futuro discípulo del Señor. Juan el Bautista no cayó en la trampa y no se atribuyó una identidad y unas funciones que no le correspondían. Por eso afirma con transparencia y sencillez: “Viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias”. (Lucas 3, 16). 
 
El apóstol san Pablo enseña que el secreto de la vida cristiana está en identificar y tener Fe en el Hijo de Dios: La fe en el Señor, la identidad con su Santa Palabra y con su ser, se convierten para Pablo en motivo esperanzador de la nobleza del alma y la unidad de la comunidad: “Hermanos, hay que estar siempre alegres. Lo repito, hay que estar siempre alegres, muestren a todo el mundo su amabilidad.”. (Filipenses 4, 4-8).
 
            El Papa Francisco nos recuerda: “Jesús pronuncia una profecía que revela su identidad e indica el camino para conocerlo verdaderamente: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre”. ¡Es la hora de la Cruz! Es la hora de la derrota de Satanás, príncipe del mal, y del triunfo definitivo del amor misericordioso de Dios”. (cfr. Homilía, 22 de marzo, 2015).
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