Evangelio martes 10 de septiembre
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús fue al
monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día,
llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también
apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y
Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón,
llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un
traidor.
Bajando con
ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos
y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera
de Tiro y Sidón”. °°° Lucas 6, 12-19
El
enviado de Dios teniendo como base el Reino que su Padre celestial le pidió
instaurar en medio de la humanidad, propone como criterio formar comunidad
con todos aquellos que van conociendo, asimilando y madurando sus ideas. El
objetivo es lograr alcanzar un grupo bien selecto de hombres que cumplan con
los designios de Dios, con la tarea que se les encomiende, que se conviertan en
discípulos misioneros de la futura Iglesia de Jesús de Nazareth.
Llegar a la conclusión si una
persona puede o no, cumplir con la misión de Jesucristo en su Iglesia, exige
pensar y meditar en un ambiente de oración. El Hijo de Dios se convierte en el modelo oración por excelencia, para
vivir el ministerio de su Padre, para tomar decisiones, para Anunciar la
Palabra, para conceder milagros a quienes se le acercan. La oración acompaña al
Maestro desde sus primeros pasos en la misión, hasta el momento cumbre de su
crucifixión. La oración es básica para cumplir con la vocación y misión en la
vida cristiana.
Para que la oración se convierta en
el buen soporte de la vida cristiana, es necesario que contemple las siguientes
características: Debe ser humilde,
confiada, sincera, perseverante, etc. Es humilde, por ejemplo: Fariseo y
publicano. “Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes”; todo
el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado” Lucas
18, 14.
Debe
ser confiada: “Todo cuanto pidáis en la oración creed que ya lo habéis
recibido y lo obtendréis” Marcos 11,24; Si vosotros siendo malos sabéis dar
cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu
Santo a los que se lo pidan. Debe ser
sincera: sin hipocresía, palabrería. Por ejemplo: “Cuando oren, no repitan
palabras inútiles como los paganos” (Mateo 6, 7-8)
Debe ser perseverante, por ejemplo: El juez inicuo y la
viuda inoportuna. “Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a
sus elegidos, que están clamando a él día y noche y les hace esperar”? Lucas 18, 1.
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