Evangelio lunes 16 de septiembre
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Cuando
estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: “Él
merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido
la sinagoga”.
Jesús fue con ellos, y cuando ya
estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: “Señor,
no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me
consideré digno de ir a verte personalmente.
Basta que
digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo –que no soy más que un
oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes– cuando digo a uno: ‘Ve’,
él va; y a otro: ‘Ven’, él viene; y cuando digo a mi sirviente: ‘¡Tienes que
hacer esto!’, él lo hace”. Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él”. °°°
Lucas 7, 1-10
Dios
nos permite conocer un modelo puro, equilibrado, prudente y maravilloso de lo
que es la virtud teologal de la fe. Fuera de que conocemos a Abraham como
padre de la fe, modelo de aquella persona virtuosa, prudente, obediente al
mandato de Dios. (cfr. Génesis 12, 1). También El Maestro de Nazareth quedó
impactado al encontrar una persona con un modelo sabio, prudente y grande de su
fe. ¿Por qué el Maestro diría: no había visto en nadie tanta fe?
Un
centurión romano reconoce la autoridad de Jesús ante cualquier modelo de
cultura, de gobierno, de autoridad terrenal. Le propone al Maestro la
sanación de un enfermo, usa la virtud de la prudencia, pues él sabe que se
trata de hacerle un favor a un gentil, para no entrar en conflicto con la ley
judía; la prudencia indica: “Basta que lo digas de palabra”. Muchos entraban en
conflicto con los milagros de Jesucristo.
El
centurión nos enseña a creerle a Dios y hacerlo con humildad y sencillez.
Jesucristo con su Palabra y ejemplo logra que se supere esa rivalidad entre los
conocidos como gentiles, excluidos, paganos, incircuncisos y propone un solo
pueblo de Dios. No a las rivalidades. (cfr. Efesios 2, 11-16).
El
Papa Benedicto XVI nos propone pensar en el reto de encontrar a Dios. Es
momentos es una lucha, por ejemplo: la vida de Jacob. Otro momento salimos de
nosotros y vamos hacia Dios. por ejemplo: La mujer Cananea. El encuentro es
posible también para quien “oficialmente” es un enemigo, como el centurión
romano, pero que en realidad es un auténtico testigo de fe que muestra a todos que
esa fe es condición indispensable para seguir a Jesús.
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