13 de septiembre de 2024

ESCUCHAR Y OBEDECER PARA UN BUEN DISCÍPULO Evangelio sábado 14 de septiembre 2024


ESCUCHAR Y OBEDECER PARA UN BUEN DISCÍPULO
Evangelio sábado 14 de septiembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Decía Jesús a sus discípulos: «No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
            El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa del corazón lo habla la boca. ¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, ¿y no hacéis lo que digo?” °°° Lucas 6, 43-49.
 
            Escuchar y llevar a la práctica las recomendaciones del Maestro da como resultado aquel discípulo que construye su vida sobre la Palabra de su señor. Quien desee gozar de la dicha del Señor, debe aprender primero a hacer la voluntad de Dios; a escuchar su Palabra, a recibir su Palabra, a contemplar su Palabra, pues, el mismo Dios indica que quien escuche su Palabra y la ponga en práctica será como aquel que edificó su casa sobre la roca; en otras palabras, acepta la mediación de Dios, se deja aconsejar, se deja iluminar por el Espíritu del Señor. 
 
            Aprendamos a edificar nuestras vidas sobre la roca firme, sobre la Palabra del Señor, que es alimento, que es vida, que es sabiduría, que es Gracia, es perdón, es milagro, es fuerza que finiquita cualquier mal. La Palabra de Dios, debe ser para cada uno de nosotros, la fuente principal para adentrarnos en el Misterio de Dios; el punto de reflexión para edificar nuestra personalidad; el medio por el cual navegan nuestros sentimientos, nuestros afectos, nuestros deseos, nuestras esperanzas, nuestro caminar.
 
            Un excelente hombre que aprendió a escuchar y obedecer la voz de Dios, es un gran ejemplo de aquel que condujo al pueblo de Israel hacia la tierra prometida. Es conocido como el gran legislador. Su nombre es Moisés y le enseñó a la humanidad la importancia de combinar simultáneamente el escuchar y obedecer. Dios le dijo al gran legislador:
 
“Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá”. (Deuteronomio 18, 15-20).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ