EL REINO DE DIOS ES JESÚS
MISMO Evangelio jueves 14 de
noviembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo llegará
el Reino de Dios. Él les respondió: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente,
y no se podrá decir: «Está aquí» o «Está allí». Porque el Reino de Dios está
entre ustedes”. Jesús
dijo después a sus discípulos: “Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver
uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: «Está aquí»
o «Está allí», pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un
extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero
antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación”. Lucas 17,
20-25.
Dios
envía a su Hijo a instaurar un Reino; es el Reino de la justicia, del amor, de
la caridad. Como en todo Reino
necesita un gobernante, alguien que indique las políticas a seguir; la misión y
la visión. Alguien que presente un
programa de vida, unas reglas de juego, unos mandamientos, unos sacramentos,
una Iglesia, unas bienaventuranzas, etc.
Jesucristo ofrece vida eterna para todos aquellos que respeten ese Reino
y vivan el espíritu de su programa de vida.
El
Salvador del mundo advierte sobre aquellos que quieren manipular la mente de
los creyentes, presentando un Reino de Dios si las personas cumplen
perfectamente la ley. Un Reino como si fuera una recompensa al buen
comportamiento y un Mesías con la categoría de un Rey. La mejor respuesta la tiene Jesucristo cuando
advierte que el Reino está en medio de nosotros.
Con la llegada del Hijo de Dios, propiamente se
inició el Reino que ofrece salvación y liberación. De acuerdo al santo
Evangelio, el Reino de Dios ya comenzó “Hoy les llegan noticias de cómo
se cumplen estas palabras proféticas” (Lucas 4, 21). “El Espíritu de Dios está
sobre mí, me ha enviado a llevar la Buena Noticia, a Anunciar la liberación”
(Lucas 4, 18).
Lo
que Jesucristo anuncia es el Reino de su Padre celestial, (cfr. Lucas 8, 1);
lo que él hace es practicar la misericordia y la caridad con los demás, (cfr. Marcos
1, 34); el resultado de ese proceso es la conversión de cada persona que se
pone al servicio de Dios en el mundo, (cfr. Marcos 1, 31). Jesucristo sabe lo
que hace y sabe cómo hacerlo.
El Papa
Benedicto XVI nos enseña el Reino de Dios en la persona misma de Cristo Jesús: “Jesús mismo es
el «reino»; el reino no es una cosa, no es un espacio de dominio como los
reinos terrenales. Es persona, es El.” (cfr. Libro Jesús de Nazareth)
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