JESUCRISTO ES EL SEÑOR Y
DUEÑO DE LA HISTORIA.
Evangelio jueves 28 de
noviembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús hablaba a
sus discípulos acerca de su venida: Cuando vean a Jerusalén sitiada por los
ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea que se
refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad que se alejen; y
los que estén en los campos que no vuelvan a ella. Porque serán días de
escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.
¡Ay de las que estén embarazadas o
tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y
la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán
llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los
paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.
Entonces se verá al Hijo del hombre
venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience
a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la
liberación.” Lucas 21, 20-28.
Ante la desesperación, la
incomprensión de lo que sucede en el mundo, la misma desilusión, para no tomar
decisiones equivocadas, el Salvador del mundo recomienda: “Tengan ánimo,
levanten la cabeza, se acerca la liberación”. (Lucas 21, 28). La Esperanza, como virtud, como gracia,
como camino de salvación seguirá siendo la respuesta ante los ataques del
mundo.
Para poder
comprender un discurso apocalíptico como lo propone la Sagrada Escritura,
debemos estar atentos a interpretar desde el equilibrio de la fe, los
acontecimientos y los signos de los tiempos.
No
podemos caer en la tentación de ceder ante los ataques del maligno contra el
mundo. Bien sabemos que el mal se derrota con la fuerza del bien. La
perseverancia vence lo que la dicha no alcanza. En lo primero que debemos creer y estar firmes, es que
Jesucristo es el Señor y el dueño de la historia.
El apóstol san
Pablo recomienda: “Vivan como le agrada a Dios. vivan obedeciendo sus
enseñanzas. Tengan cuidado con aquellos que los quieren engañar” (Colosenses 2,
6-7). Lo segundo, como creyentes nuestra
alternativa es y será, estar vigilantes
como lo pide el libro sagrado. Dice el Evangelista: “Estén siempre
vigilantes y oren para que puedan escapar de lo que está por suceder”. (Lucas
21, 36).
Nuestro
Catecismo de la Iglesia católica nos permite comprender los ataques contra el
Reino de Dios (cfr. 2 Tesalonicenses 2, 7). La Iglesia peregrina lleva en
sus sacramentos la imagen de este mundo que pasa. Ella vive entre las criaturas
que gimen los dolores, hasta la manifestación de los Hijos de Dios. (cfr. Lumen
Gentium, 48; Catecismo numeral 671).
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https://youtu.be/Orf7In66QHM